Una masa inquieta de pasajeros se mueve ansiosa desde San José hacia playas o casas rurales de familiares durante estos días santos. La emoción por llegar a su “tierra prometida” disimula la larga espera e incomodidades en las terminales de buses.
En la fila no parece haber prisa: se conversa con el desconocido, se abre y cierra la maleta una y otra vez tratando de confirmar que se echó todo lo que se pretendía llevar.
Mientras tanto, los vendedores ambulantes hacen su agosto con su oferta de variadas mercaderías de bajo costo.
Los empleados de las compañías de buses son testigos de una algarabía que obliga a reforzar servicios, para satisfacer la demanda de una cantidad extraordinaria de pasajeros.
Solo para hoy se prevé que se duplicará la cantidad de viajeros hacia Limón, Guanacaste y Puntarenas.
“Nos preparamos con 15 unidades más para poder dar bien el servicio. A partir de mañana (hoy) se duplica el número de pasajeros en la estación y no nos podemos quedar de brazos cruzados; por eso alistamos más unidades de servicio que tienen todos los permisos al día”, dijo Mariano Meléndez, de la empresa de buses Alfaro.
En las terminales de buses y en los puntos de mayor congestión vial, los vendedores ambulantes insisten en ofrecer lentes para sol, botellas de agua, sombreros y papas tostadas.
Los precios de los tiquetes de los buses varían entre ¢1.800 y ¢5.000, según las distancias. Las empresas autobuseras registran una salida de hasta 8.000 pasajeros por día durante esta semana.
De punto a punto. En la casa de María Ortiz, la Semana Santa se traduce en paseo familiar. Junto a sus hijos y nietos viaja de Upala a San José, para hacer compras de ropa y zapatos, y después sigue hacia Limón, donde descansa en casa de familiares.
“Siempre salimos en familia y se disfruta bastante, ya es tradición. Para nosotros venir a San José es un paseo, nos venimos de shopping ”, contó Andrés Zeledón, hijo de Ortiz.
La edad tampoco es limitante para emprender viajes en bus de más de tres horas. Teresa Sancho, de 87 años, empacó refrescos de dos litros, frutas y empanadas de chiverre para llevar a sus familiares en Limón.
“No me han dicho calle cuando yo ya estoy lista. Me encanta pasear con mi hija y mis nietos. Hay que aprovechar estos días en que ellos están libres para salir a botar estrés. El servicio es muy bueno y me dan prioridad por ser adulta mayor”, dijo Sancho, quien viajó ayer hacia Limón.
El aumento en el flujo vehicular durante Semana Santa obliga a reforzar las medidas de control de la Policía de Tránsito sobre las principales rutas del país.
El año pasado, la falta de documentos para conducir y el mal estado de las luces en los vehículos fueron las principales causas de multas en carretera.
La Policía de Tránsito ve la vía San José-Caldera como una de las que tendrá más afluencia de vacacionistas en estos días, por lo que habrá estricta vigilancia.