Playas más limpias de Costa Rica se hallan al amparo de grandes hoteles

Matapalo, punta El Madero y Blanca obtuvieron máximo reconocimiento

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Las tres playas más limpias de Costa Rica están al amparo de grandes hoteles.

Se trata de las guanacastecas Matapalo (Sardinal de Carrillo) y punta El Madero (Tamarindo, Santa Cruz), así como playa Blanca, en Herradura de Garabito. Las dos primeras, sus costas las resguardan las cadenas europeas RIU y Barceló, respectivamente, mientras que la tercera es vigilada por el hotel de capital local Punta Leona.

Esas tres playas obtuvieron cinco estrellas, que es el máximo galardón de salud pública concedido por el Programa Bandera Azul Ecológica.

En la premiación 2014, realizada ayer, cuatro playas ganaron tres estrellas, 12 dos distinciones y 89 una. Además de la calidad del agua, se evalúa, por ejemplo, separación de desechos, señalización, accesos, ducha, baño y salvavidas.

Cuidarlas es caro. Darner Mora, coordinador del comité nacional del Programa Bandera Azul Ecológica, admitió que los grandes hoteles tienen dinero para velar por la salud pública en las playas, a diferencia de muchas comunidades costeras.

“Este año, analizaremos el Manual de procedimientos para agilizarlo e incentivar a las personas sin tanto recurso. Que no solo sean los de plata, que los pobres también tengan acceso y que tengan la habilidad de ingeniárselas para lograr cosas importantes en el ambiente”, manifestó Mora.

El ministro de Turismo, Wilhelm von Breymann, explicó que la limpieza de las playas no necesariamente está siempre en manos de los hoteles, aunque estos a menudo ayudan a las comunidades costeras.

“Al hotel le interesa que la playa esté limpia para atraer más turistas, pero mucho de esto se debe al esfuerzo de la comunidad y a su conciencia para evitar contaminar”, expresó el jerarca.

¿Cómo lo logran? Playa Blanca lleva ocho años llevándose las cinco estrellas. César Vargas, del comité de Punta Leona, aseguró que este plus le garantiza al turista un sitio sostenible y seguro.

“Este es un proceso de autoevaluación continua que nos exige mejorar. Es duro, pero con dedicación y mística se logra. Tratamos de integrar a la comunidad aledaña ofreciéndole capacitaciones, talleres, giras para educarlos desde pequeños”, declaró.

Rándall Contreras, del comité de Matapalo, explicó que se enfocaron en ayudar, crear conciencia y organizar a la comunidad y al personal del hotel RIU.

Argerie Cordero, representante del hotel Barceló Langosta, comentó que, además de invertir, “lo importante es proteger el medio y ser sostenibles con los recursos que se tienen”.