A partir del 2 de octubre, Panamá adoptará controles migratorios más estrictos en aeropuertos y otros puntos de ingreso para mitigar el paso irregular de personas y detectar víctimas de trata de personas.
Así lo confirmó Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, quien informó que el principal requisito será portar $1.000 en efectivo.
Las medidas operativas y administrativas no apuntan a turistas o viajeros por negocios, pero la vocera advirtió en conferencia de prensa que queda a discreción de los agentes panameños a quién pedir la demostración de solvencia económica antes de permitir el ingresar al país.
La aerolínea panameña Copa ya notificó a las agencias de viaje de las disposiciones.
De acuerdo con la información de la compañía y lo dicho por la funcionaria, aparte de más vigilancia y control en puertos de entrada, también se reducirá de 90 a 15 días el periodo permitido para turismo a nacionales de ciertos países, según sea su perfil. Sobre este punto, sin embargo, las autoridades panameñas no han dado mayores detalles.
“A personas irregulares que traten de ingresar por puestos formales, vamos a reforzar las medidas operativas en todos nuestros puntos fronterizos formales para quienes, según los perfiles de seguridad, utilicen nuestros aeropuertos o esos puntos de ingreso para mantenerse aquí de manera ilegal”, declaró la funcionaria el pasado 8 de setiembre, en conferencia de prensa, en Ciudad de Panamá.
No es para todas las personas o nacionalidades, aclaró ese día Gozaine, pero las autoridades de seguridad podrán elegir a quién realizarle entrevistas previas al ingreso para determinar si ese viajero puede estar 90 días como turista, si deseara quedarse un periodo extendido, o 15 días.
“Aumentaremos la exigencia de la solvencia económica en nuestros puestos de controles formales a $1.000 en efectivo. En la actualidad son $500 para tener acceso a ese plazo de 90 días”, añadió.
Otras medidas que entraron a regir en Panamá, incluyen deportaciones de personas con antecedentes penales y que sean consideradas de alta peligrosidad, dijo Gozaine en referencia al ingreso de migrantes de manera irregular por la región del Darién, en su mayoría ciudadanos de Venezuela, así como de Haití y Ecuador.