No todos pasaron del punto de salida

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La Pinta estaba lista para estrenarse en el tope de San José. Tenía las herraduras bien puestas y la habían peluqueado para que se viera bien coqueta.

Sin embargo, a pesar de llevar cuatro herraduras, la yegua de casi 400 kilogramos no tuvo buena suerte. Mientras unos 5.000 caballos se lucían por las calles de la capital, La Pinta tuvo que ausentarse de la fiesta equina para, más bien, quedarse sola, amarrada en el fondo del cajón de un camión de carga que hacía de establo ambulante bajo el fuerte calor del mediodía de ayer.

Sus relinchos no tenían réplica sobre la madera cubierta de aserrín y un poco de boñiga. El vehículo estaba estacionado más atrás que el punto de salida de los caballistas, donde eran más numerosos los camiones que las bestias.

“Se golpeó una pata a la hora de bajarla del cargadero y así no puede caminar bien. Hay que estar consciente de que la salud del animal es lo primero. Si uno la monta así, solo se va a maltratar más y ella no va a disfrutar de la actividad”, comentó Roberto Brenes, quien tenía planeado montar a la yegua.

Fueron muy pocos los caballos que se quedaron fuera del tope a última hora. Algunos llegaron con la intención de que alguien los alquilara y se quedaron sin encontrar un caballista temporal. Fueron menos los que tuvieron la misma suerte de La Pinta, que se quedó con su pata derecha trasera visiblemente hinchada, inclusive con algunas marcas de sangre.

El animal es propiedad de la Ganadería Arroyo Gómez y llegó desde La Guácima con 15 caballos más, que, en contraste, sí pudieron galopar en la edición 2012 del tope.

“Prácticamente uno espera todo el año para que llegue esta actividad y poder montar; sin embargo, lo más importante es cuidar al animal y no arriesgarlo. Ya habrá otra oportunidad de hacerlo”, agregó Brenes.

De alguna forma, al final, La Pinta logró llegar hasta el punto de cierre del tope. Lo hizo subida en el cajón del camión, sin haber dado un solo paso. El recorrido lo hizo por una ruta alterna, donde el tránsito vehicular era fluido y los únicos caballistas que se veían eran los que estaban perdidos.

La Cruz Roja reportó 15 caballistas atendidos al final de la jornada de ayer por golpes leves, en su mayoría provocados por pisadas de caballos. A estos se suma el caso de una mujer que vio los caballos desde la barrera, pero, aun así, salió lastimada.

Solo cinco de estos pacientes fueron trasladados a hospitales josefinos para descartar lesiones mayores como fracturas.

Ayer la Cruz Roja dividió sus labores en 14 puntos de atención médica, ubicados a lo largo del recorrido del tope.