Las listas de espera de los asegurados de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) siguen siendo la piedra en el zapato de la entidad.
Sin embargo, “con una Caja en plena recuperación”, la presidenta ejecutiva, Ileana Balmaceda, aseguró que el 2013 será un año de mejoras en infraestructura para agilizar la atención de los pacientes.
“La inyección del recurso humano, más equipamiento y mejoras en la infraestructura pretenden reducir las listas de espera el próximo año”, declaró Balmaceda.
La última cifra que se conoce sobre estos listados llega a 652.000 pacientes que aguardan la atención de una cita, una cirugía o algún proceso ambulatorio programados hace meses o años atrás.
Aunque esta espera aún es motivo de inconformidad para los asegurados, la entidad logró anotar en los logros de este año un equilibrio financiero a corto plazo, sin deudas con sus empleados y con el pago al día a los proveedores.
“Con el equilibrio financiero que existe, estamos enfocados en la optimización de recursos; es decir, producir más con menos”, explicó el gerente financiero de la entidad, Gustavo Picado.
Estrategias. En esa “optimización”, la entidad invertirá en infraestructura y tecnologías de la información un total de ¢51.000 millones para el próximo año.
Así lo detalló la gerente de Infraestructura y Logística de la entidad, Gabriela Murillo, quien destacó, entre las promesas para el 2013, las obras de mejora de los hospitales San Juan de Dios y de Puntarenas, y la construcción de nuevos Ebais en Hatillo y Guanacaste.
También será prioridad el avance en las obras del Centro de Atención Integral en Salud (CAIS) de Siquirres, en Limón.
El próximo año la institución tendrá en sus arcas un presupuesto total de ¢2,6 billones.
Dentro de las inversiones tecnológicas futuras, los jerarcas proyectan la instalación y capacitación del esperado expediente electrónico en un 80% de los Ebais.
Además, la gerente de Logística de la CCSS, Dinorah Garro, dijo que impulsarán la compra electrónica de medicamentos, en aras de hacer procesos más transparentes.
En el 2012 este proceso digital le significó a la Caja un ahorro de $5 millones (¢2.500 millones).