La calle es un ‘mercado negro’ de trucos para pasar Riteve

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En la calle, los conductores negocian todo tipo de cambio de piezas y trucos para que sus vehículos pasen la revisión técnica.

En un sondeo de La Nación, varios mecánicos coincidieron en que tienen que arreglar las trampas mal hechas que otros hacen.

“La gente consigue llantas prestadas para ir a Riteve y hay gente sin escrúpulos que cobra por esos servicios. Eso es un peligro. Lo que pasa es que hay gente que es muy llorona para pagar y lo que no saben es que al final les va a salir más caro”, dijo José Alpízar, mecánico en Guápiles.

Óscar Zúñiga, quien trabaja en reparación de bombas e inyectores en Tibás, aseguró que la prueba de gases es el mayor dolor de cabeza para los choferes.

“Hay gente que altera las bombas con tal de pasar la prueba. La gente no mide los daños que puede hacerle a un carro por dejarlo en manos de cualquier persona”, expresó Zúñiga.

La viceministra de Transportes, Silvia Bolaños, reconoce que otro de los problemas es que hay quienes sustituyen ciertas piezas del carro solo para pasar la prueba y circulan en las calles sin cumplir los requisitos que exige la ley.

“Aunque para unos puede ser un negocio el quitar y poner piezas en un carro, también puede significar un accidente de tránsito fatal”, añadió Bolaños.

El alquiler de llantas, por ejemplo, varía entre ¢50.000 y ¢100.000, dependiendo del tipo de llanta que requiera el conductor

Se reconoce. Para el mecánico herediano Deivin Zamora, es risible como algunos pretenden pasar la prueba de Riteve con piezas prestadas y que no corresponden al tipo de vehículo.

“Le ponen cualquier repuesto, sin darse cuenta de que un inspector de Riteve los va a rechazar con solo verlos. Eso se llama querer hacer milagros.

”La calle es un mercado negro de trucos, donde a la gente le venden lo que sea y por ignorancia o por querer pasarse de listos, no saben si es peor”, comentó Zamora.

Este mecánico también considera que quienes tienen carros de años inferiores a 1998 sufren más por la prueba de gases.

“Son motores de carros muy viejitos, que cuesta mucho que caminen con los niveles de medición que Riteve exige. Definitivamente, ahí sí se maltrata el bolsillo, pero hay que hacer el trabajo como debe de ser” añadió.