La salida de Liza Castillo , viceministra de Transportes, por su relación con un grupo de autobuseros no es una opción que esté valorando Carlos Villalta, ministro de Obras Públicas y Transportes.
Castillo, arquitecta de 31 años, asumió el puesto el martes anterior.
La Nación publicó, este jueves, que Castillo acompañó, entre marzo y abril, a un grupo de buseros a dos reuniones en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) para discutir el plan piloto para reorganizar rutas de bús, conocido como sectorización.
En la primera cita Castillo fue la encarga de tomar los apuntes de las conversaciones.
Además, la viceministra asesoró, en los últimos seis años, a varias empresas de autobús de Montes de Oca y Curridabat.
Por estas razones, la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) pidió la renuncia de la funcionaria.
“Era un secreto a voces que el Gobierno se había 'entregado' al gran empresariado corporativo autobusero con la destitución del antecesor en ese cargo, el señor Urbina (Sebastián) y ahora se hace público que la señora Castillo fungía, prácticamente, como asistente ejecutiva del dicho sector empresarial”, expresa un comunicado de prensa enviado por la ANEP este jueves.
“Yo, honestamente, creo que no (procede pedir la renuncia), la participación de Liza no fue relevante, ni una cuestión protagónica para uno encasillarla a ella con intereses contrapuestos a los proyectos (sectorización y cobro electrónico)”, dijo Villalta.
Este diario intentó conocer la versión de Castillo sobre este tema, pero no contestó las llamadas, ni los mensajes enviados a su celular.
Más criticas. Marcela Guerrero, diputada de Acción Ciudadana, manifestó que no está satisfecha con la designación de Castillo en el MOPT.
“Es evidente y yo mantuve esa posición de que haya, eventualmente, una relación que vaya a sesgar las decisiones”, comentó Guerrero.
Ligia Fallas, legisladora del Frente Amplio, afirmó que le preocupa el ‘amiguismo’entre Castillo y los buseros.