Jerarca de AyA contempla recorte de planilla por reestructuración

Alejandro Guillén prevé acciones de movilidad voluntaria, traslados y otras medidas para reducción de 61 ‘cajas’ de organigrama del Instituto

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Alejandro Guillén Guardia, presidente del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), prevé una reducción de la planilla de la entidad en el marco de una reestructuración que estaría concluida en la primera mitad del 2025, según sus estimaciones.

El jerarca explicó que este proceso se inició luego de una llamada de atención que hizo el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplán), en marzo anterior, sobre la existencia de áreas administrativas que han operado de manera informal y paralelas a la estructura oficial aprobada.

“Desde el 2007, AyA ha estado desgraciadamente a la libre con el hecho de añadir cajas en el organigrama. Esas cajas, nosotros las llamamos áreas administrativas”, explicó Guillén.

De acuerdo con el funcionario, el AyA recibió de Mideplán, en el 2007, un organigrama compuesto por 129 áreas administrativas o “cajas”. Sin embargo, la entidad llegó a tener en algún momento hasta 243.

“Todo esto ocurrió porque se le agregaban personas, directores y demás a la organización y todo a la libre. Entonces, estamos en un proceso de reducir esas cajas en al menos 61, según nuestros análisis actuales”, indicó.

Combinación de medidas

Al ser consultado si este proceso implicará salidas de personal, Guillén confirmó que así sería mediante una combinación de medidas, aunque desconoce el número de plazas por suprimirse. No obstante, mencionó que el Instituto tiene más de 800 empleados con edades de 57 años o más en una planilla compuesta por 4.421 personas (18% del total).

“Ahorita estamos en un proceso de socializar la reorganización. Hay un ciclo de vida en las organizaciones y a veces algunas llegan a experimentar fases de burocracia temprana y llegar a estados de burocracia total. Entonces, lo que se tiene que hacer es actuar para evitar que lleguemos a una fase total”, indicó.

Toda la reorganización, además, deberá ser analizada y aprobada por Mideplán en apego a la normativa vigente y con una planificación basada en el debido proceso. Todos los ajustes deberían estar concluidos en el lapso de un año, con posibilidad de una prórroga de seis meses de ser necesario.

Esto sitúa el final de la reorganización del AyA en el primer semestre del 2025.

Entre las medidas previstas se contemplan programas de movilidad voluntaria del personal con más cercanía a la jubilación y, a quienes no tienen suficientes cuotas para pensionarse, se les facilitarían condiciones de desvinculación sin que ello implique una salida masiva de talento, aseguró Guillén.

La Nación intentó profundizar sobre si aparte de salidas voluntarias se consideran despidos o traslados de personal.

“Como le decía, será una combinación de medidas. Una apunta a quienes deseen pensionarse, la otra es reducción de personal, en el sentido que debo mencionar también, que hoy tenemos plazas sin personal asignado. Aunque no nos cuestan, están en el presupuesto”, indicó.

Guillén tampoco brindó una cifra de cuántas plazas sin personal podrían eliminarse.

“Cuando uno ajusta 61 cajas es previsible que exista personal que deberá salir de alguna manera o será transferido. Estas medidas no serán una tercera guerra mundial, ni nada semejante. Estamos optimizando para que la organización opere de forma más ahorrativa y eficiente”, concluyó.

El mes pasado, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) también alertó sobre problemas de gestión en AyA que podrían afectar el suministro de agua en el corto y mediano plazo.

Específicamente, el órgano regulador advirtió que el AyA se ha endeudado para realizar proyectos de infraestructura en acueductos, pero sin trasladar esas acciones a las tarifas lo que le ha generado deudas de casi ¢15.000 millones.

Asimismo, en las últimas semanas, el Instituto ha sufrido bajas importantes de personal, con la renuncia de dos directivas y de la gerenta general.