Menos manifestantes pero más violentos. Ese es el nuevo reto que enfrenta la Fuerza Pública en la huelga contra la reforma fiscal que se discute en la Asamblea Legislativa.
Las protestas, impulsadas por sindicalistas, subieron de tono este miércoles cuando grupos insultaron al presidente Carlos Alvarado en medio de un zafarrancho San José y, además, la emprendieron contra un equipo periodístico de este medio mientras realizaba esa misma cobertura.
LEA MÁS: Video: Manifestantes insultan al presidente Carlos Alvarado en medio de zafarrancho en San José
En un hecho aparte, esta vez en Caldera, Puntarenas, la negativa de los manifestantes de permitir el paso de vehículos obligó a los policías a usar gases lacrimógenos para despejar la vía.
“Se ha reducido la cantidad de personas, pero sí hemos visto que han empezado a aparecer grupos más agresivos, más violentos. Eso fue lo que pasó en San José centro y en Caldera”, comentó a La Nación Daniel Calderón, director general de Fuerza Pública.
Según explicó el jefe policial, los manifestantes la han emprendido directamente contra los efectivos.
“Entre ellos mismos han empezado a hacer llamados a enfrentarse con la Policía, a lanzar objetos. En San José, incluso, se decomisaron unos artículos que nos colocaron a propósito en las radiopatrullas, los famosos miguelitos”.
Los miguelitos son dispositivos de fabricación casera usados para pinchar las llantas de los carros. Los vándalos los elaboran con varillas de construcción cruzadas, hasta lograr un artefacto cuya forma se asemeja a la de un símbolo de asterisco. Estos se colocan sobre la calle para afectar los neumáticos de los vehículos.
Al menos siete bloqueos
Solo este miércoles, la Policía atendió al menos siete bloqueos en distintos puntos del país, afirmó Calderón. Estos se presentaron en Caldera, Paso Canoas, Limón, Pérez Zeledón, San Pedro de Montes de Oca, Turrialba y Orotina.
El incidente que requirió una mayor intervención fue el de Caldera, donde ocho personas resultaron detenidas, confirmó Calderón. Este se presentó frente al restaurante Tabaris.
El director general de la Fuerza Pública enfatizó que los gases lacrimógenos se utilizan como último recurso para “evitar el choque directo entre Policía y manifestantes”.
“Se recurre a estos cuando ya se agotaron todos los medios para disolver la manifestación, se hicieron las advertencias legales correspondientes y la gente insiste en no levantar el bloqueo, como ocurrió en Caldera”, argumentó Calderón.
LEA MÁS: Policía usa gases lacrimógenos y detiene a ocho manifestantes por obstruir tránsito en Caldera
De todos los bloqueos, el único que se mantenía por la noche era el de Paso Canoas. Ahí, desde la mañana, los huelguistas se ubicaron frente a la aduana panameña e impidieron el paso de camiones, principalmente, de Costa Rica hacia Panamá. Grupos de indígenas de la zona formaron parte de la protesta.
Los demás puntos donde se impidió el tránsito fue en un sector conocido como Pensur de Limón, además de Pérez Zeledón –sobre la Costanera–, y Orotina.
También hubo bloqueos en San Pedro de Montes de Oca, frente a la entrada a la facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR), y en Turrialba, también frente a la UCR local.
Impacto en la seguridad ciudadana
Debido a que toda la Fuerza Pública nacional –alrededor de 12.000 efectivos– está concentrada en atender los percances ocasionados por la huelga, se ha desatendido la seguridad ciudadana, comentó Calderón.
“Un alto porcentaje de la fuerza que tenemos en todo el país está dedicada a esto. Esto tiene un impacto en temas de seguridad ciudadana, porque son los mismos policías quienes deberían estar resguardando a la gente en las calles”, replicó el líder policial.
Según dijo el director de la Fuerza Pública, además de bloqueos, tienen policías destacados en planteles de Recope y en los muelles.