La combinación de un año particularmente seco debido al déficit de lluvias del 2012, y la negligencia del ser humano propiciaron que, a la fecha, los incendios forestales consumieran unas 3.580 hectáreas en el territorio nacional.
De acuerco con un informe preliminar de la Comisión Nacional sobre Incendios Forestales (Conifor) –dependencia del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac)– las actividades humanas siguen siendo la principal causa de estas emergencias.
“El 49% de los incendios se deben a quemas de pasto o (actividades) agropecuarias; un 41% está relacionado con actos de vandalismo asociados a la cacería ilegal”, comentó Luis Diego Román, coordinador de la Conifor.
En total, se han atendido 162 incendios forestales; 91 de ellos se presentaron en áreas silvestres protegidas.
Solo el pasado jueves se lograron controlar dos: uno en el Parque Nacional Santa Rosa y otro en el Parque Nacional Guanacaste.
La más golpeada. La Región Chorotega (Liberia y La Cruz) y la Huetar Norte (Upala y Los Chiles) han concentrado la mayoría de los esfuerzos por mitigar estos incendios.
Con el fin de seguir monitoreándolas, se decidió extender la temporada hasta el 31 de mayo a la espera de la época lluviosa.
Según Román, en el 2013 se realizaron 15 sobrevuelos con apoyo del Servicio de Vigilancia Aérea del Ministerio de Seguridad Pública (MSP).
“Gracias a estos se dio una detección oportuna, monitoreo y medición de áreas afectadas tanto dentro como fuera de las áreas silvestres protegidas”, dijo Román.
Por ahora, la lucha contra estos incendios tiene un presupuesto de ¢35 millones para el alquiler de helicópteros que permitan monitorear estas emergencias.