Las críticas del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) llovieron sobre la CCSS, luego de que trascendiera el robo de 178 kilogramos de pseudoefedrina, una sustancia base de la potente metanfetamina.
En un oficio del cual La Nación tiene copia, el ICD recriminó a la Caja las fallas en seguridad que desembocaron en la consumación del robo. Además, el ICD menciona la posible participación de personal de Caja como cómplice del acto vandálico.
En su oficio, el Instituto señala: “Se supone que los hechos ocurrieron en el cambio de turno de los guardias”.
“Es decir, ¿los cambios de turno en la seguridad del almacén tardan tanto como para permitir que los antisociales corten la malla, fuercen los portones, ubiquen un escritorio para arrancar el panel de alarma, busquen llaves, realicen varios viajes con la ‘perra’ para sacar siete tambores de materia prima de la bodega interna (...) y salgan sin ser detectados?”.
El documento también critica el accionar de la empresa ADT, proveedora del sistema de alarma.
Al respecto, el ICD interroga: “Se supone que cualquier sistema de alarma debe activarla en el momento en que se corten o halen los cables (...) Entonces, ¿por qué no hubo respuesta de los vigilantes (internos)?, ¿por qué es hasta las 6:30 a. m. del día siguiente (al robo) que ADT reporta ‘anomalías en la bodega’?”.
Sobre este punto, ayer La Nación intentó conversar con Donald Dobles, encargado de prensa de ADT, pero en esa empresa dijeron que él no se encontraba y que podrían referirse al tema este lunes.
Debido a los dos robos de pseudoefedrina ocurridos en los almacenes de la Caja, el ICD prohibió a la entidad importar más de ese material, usado por la institución para producir un jarabe contra la tos.