Familias de Nueva Cinchona comienzan a echar sus raíces

Con misa y entre recuerdos, afectados se reunieron 4 años después de tragedia

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Cuando el 8 de enero llega al calendario, los recuerdos tocan la puerta de los hogares que perdieron todo tras el terremoto de Cinchona de Sarapiquí, Alajuela, hace cuatro años.

Después de meses de incertidumbre y largas horas de trabajo comunitario, hoy los vecinos de Nueva Cinchona comienzan a echar raíces en nuevas tierras.

El cambio no ha sido fácil y evocar la fecha genera nostalgia y empaña los ojos de quienes perdieron a sus familiares y las viviendas que levantaron con esfuerzo.

“Nací en Cinchona y, aunque estoy muy agradecida por vivir aquí con mi familia, el cambio ha sido muy duro, porque uno no se acostumbra a vivir en residencial”, expresó Emilce Rojas, quien labora para la fábrica El Ángel.

Ayer, con una misa cargada de emotivas remembranzas, los miembros de 95 hogares celebraron la fortaleza de un pueblo que volvió a nacer en el 2009.

Ejemplo de esta lucha es Ana Cambronero, quien el día del terremoto salió de su natal Cinchona hacia San José y al regresar recibió la noticia de que sus hijos y su esposo habían fallecido.

“Desde el primer día, decidí llenarme de fortaleza y seguir para adelante, a pesar del enorme dolor que me embargaba. En estas situaciones es fundamental tener mucha paz y positivismo”, relató Cambronero, líder de Cinchona, quien tocó las puertas del Gobierno para ver la nueva comunidad.

El sismo de 6,2 grados también obligó a empezar de cero a quienes trabajaban en negocios propios como pulperías, sodas y bazares.

Otro oficio. Hace cuatro años, Ana Cambronero se dedicaba a atender a los clientes de su soda. Durante este proceso de cambios, decidió sacar la tela y la aguja, y dedicar sus horas al arte de la costura.

“Hago vestidos para novia, primera comunión, voy por las escuelas de Alajuela enseñando mi trabajo, y diseño vestidos para bailes típicos”, manifestó.

En cuatro años, el camino para ver el surgimiento de la Nueva Cinchona ha sido lento, pero ya las casas cuentan con los servicios básicos de agua, luz y teléfono.

En noviembre del 2012, un Cen-Cinái se convirtió en el nuevo vecino de la comunidad y para este año se espera la construcción de las sedes de la Cruz Roja, Fuerza Pública y una escuela con siete aulas.

“El proceso es lento, pero se requiere de mucha paciencia y de trabajo organizado para mover voluntades y salir adelante”, agregó Cambronero.

Ayer mismo, regresó por primera vez a la que fue su casa en Cinchona, donde dejó flores. Cada 8 de enero es un reinicio para ella.