El silencio reinó en el barrio de Dulce Nombre

Vecinos mantiene confidencialidad del caso de curación

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El Vaticano dio la instrucción de que no podían referirse al caso y todos lo cumplieron a cabalidad. En el barrio donde habita Floribeth Mora, el silencio reinó entre familiares, amigos y vecinos.

“Son una familia de tradición católica, buenos principios, pero no le puedo decir más, ni tan siquiera mi nombre”, esa es la frase más común en el barrio de Dulce Nombre de Tres Ríos donde habita Floribeth Mora, costarricense que recibió la curación de Dios, mediante la intercesión de Juan Pablo II.

Se sabe que recién cumplió sus 50 años, los vecinos describen que tiene 27 años de vivir en ese barrio, en la casa 23 del lugar. Todos conocen a la familia de doña Flory, como la llaman de cariño, pero hay temor e incertidumbre a hablar más de la cuenta sobre el milagro.

“Todo se debe mantener en secreto. Es una orden del Vaticano y es como cualquier proceso judicial. Hasta que el Papa Francisco no haga el anuncio público, no se puede adelantar criterio alguno, ni nadie puede comentar nada del proceso”, expresó el sacerdote e historiador Fernando Alberto Vílchez.

En el corredor de la casa de doña Flory está expresa la devoción a Juan Pablo II. Hay un altar con la foto de Juan Pablo Segundo y un crucifijo adornados con flores rojas y amarillas.

En Dulce Nombre de Tres Ríos, al tocar el timbre y preguntar de puerta en puerta, el silencio es la única respuesta.