Dudas y atrasos complican promesa de Recope de vender gasolina con etanol este año

Pruebas de la mezcla, campaña de divulgación y compra de alcohol siguen pausa a falta de reglamento y decreto mientras Contraloría alerta de atraso crítico en proyecto

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Que este año empiece a venderse gasolina con etanol está entre signos de pregunta, aunque esa fue la promesa que hizo la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).

A la fecha, se desconoce dónde se comprará el alcohol, si sería mediante un plan piloto y cuáles son los eventuales efectos para vehículos. Tampoco hay decreto ejecutivo; ni reglamento para el dar el banderazo de salida.

La propuesta de vender gasolina mezclada con etanol por razones ambientales se plantea por octava ocasión. Esta vez la hizo Alejandro Muñoz, presidente ejecutivo de Recope, quien la anunció en junio, poco antes de recibir una fuerte llamada de atención de la Contraloría General de la República.

Esa entidad descubrió en un análisis del presupuesto de Recope, también a junio de este año, que el llamado Proyecto de Incorporación de Biocombustibles en la Matriz Energética de Recope carecía de ejecución presupuestaria. El plan para entonces mostraba una avance global del 38%.

De esa iniciativa, la incorporación de etanol en la gasolina registraba un nivel de atraso “crítico” según la Contraloría. Específicamente, señaló el plan para construir tres tanques para alcohol con capacidad para guardar 10.000 barriles cada uno. Sin embargo, esas “obras” apenas superan la elaboración preliminar del cartel licitatorio para su construcción.

De todos modos, Muñoz asegura que Recope “ya está listo” para hacer la mezcla y venderla, pero al ser consultado sobre costos del etanol, de dónde saldría, cuánto afectaría los precios o cuándo se iniciaría la venta, su promesa de junio cobra matices de duda.

“No tenemos una fecha puntual, esto pasa por un decreto ejecutivo y el reglamento para poder distribuir el producto. Tenemos que entrar en un proceso que garantice que esto no sea reversible. Además, queremos hacer una campaña informativa y un protocolo de mantenimiento de vehículos para que el consumidor se prepare y evitar problemas”, explicó.

Muñoz insiste en que, luego del decreto y el reglamento, se hará un plan piloto con vehículos de Recope y otras entidades públicas. Pasada esa etapa, vendrá una campaña de divulgación nacional dirigida a consumidores y, después de eso, empezará a venderse una mezcla por la cual cada litro de gasolina súper tendrá de 5% a 10% de etanol.

Pasados unos meses, se supone que se incorporará el alcohol a la gasolina regular. Muñoz asegura se requerirán al menos 100 millones de barriles de etanol para el año 2020 cuando, según el funcionario, ya debería estar vendiéndose únicamente gasolinas con ese alcohol.

Por ahora, sin embargo, todo permanece en planes y estudios.

El viceministro de Energía, Rolando Castro Córdoba, confirmó que ni hay decreto ejecutivo para autorizar Recope a actuar, ni un reglamento, porque el borrador de ese documento sigue en revisión en el Ministerio de Economía, Industria y Comercio.

Antes de otorgar su aprobación, esa cartera verifica mediante consultas dentro y fuera del país la legalidad del reglamento y varias especificaciones técnicas sobre la calidad del combustible que se vendería ya con el alcohol.

“Concluida esta etapa, se publicará el decreto ejecutivo que aprobará el reglamento para su aplicación”, señaló Castro sin estimar fecha alguna.

También se consultó al viceministro si hay estudios de mercado o estimaciones de costo del etanol como parte del planeamiento del proyecto. El funcionario confirmó que tampoco hay información disponible.

Según él, personal de Recope, del Ministerio de Agricultura y Ganadería y del Ministerio de Ambiente y Energía trabajan en un estudio que contempla “insumos para evaluar diferentes escenarios del mercado”.

“En este momento se están afinando detalles, por lo que el estudio mismo no está concluido. Sin embargo, es importante recordar que la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) es la encargada de fijar el precio al consumidor de los servicios regulados, entre ellos los combustibles”, lanzó Castro.

También se consultó a Recope si había hecho sus propios estudios o estimados de costos ya que, por procedimiento tarifario, Recope acostumbra rutinariamente elaborar estudios de precios de carburantes que luego los remite a la Aresep que los analiza y resuelve.

El presidente de Recope respondió que sí tienen costos definidos pero declinó detallarlos y, al igual que Castro, afirmó que los precios los fija Aresep.

No obstante, Muñoz sí reveló un parámetro según el cual se compraría el etanol requerido.

“Lo que Aresep va a considerar es el costo. Aresep nos ha dicho que debe buscarse el menor precio posible, sea local o internacional. Si el precio local del etanol es mayor al externo, ya no se tomaría en cuenta. Por lo tanto, el precio internacional definirá de dónde saldrá el etanol”, afirmó Muñoz.

Al respecto, Carlos Montenegro, subdirector de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) recordó que se requiere un análisis cuidadoso porque “el precio local y el externo varían mucho”.

“En el 2006 se terminó comprando el etanol para el proyecto piloto de Brasil a una empresa Rusa y que venía vía Nicaragua, a un precio mucho mayor que la oferta de la Liga Agrícola Industrial de la Caña en ese momento”, recordó Montenegro.

El jerarca de Recope afirma que el país posee suficiente producción para proveer el etanol sin afectar las exportaciones actuales pero, de nuevo, todo está “en veremos”.

“Cuando nos acerquemos la fecha de arranque del plan piloto conversaremos en detalle”, manifestó Muñoz quien afirma que todos los sectores involucrados en el tema de combustibles y etanol están conscientes del proyecto del etanol incluyendo distribuidores de combustibles, con quienes aseguró que ya se han reunido.

Preguntas en el aire

En la otra acera, la Cámara de Empresarios de Expendedores de Combustibles asegura que el tema no se ha discutido a profundidad y que aún hay muchas preguntas en el aire.

“Con la nueva administración de Recope tuvimos una primera reunión en junio y allí, de forma rápida y casi a nivel de una mención, se mencionó el tema de etanol. Nosotros dijimos, de forma fugaz también, que era necesario más análisis”, aseguró José Miguel Masís Aguilar, director ejecutivo de la Cámara de Empresarios de Expendedores de Combustibles que, desde entonces, no tiene noticias de Recope al respecto.

Masís Aguilar insistió en la conveniencia de más análisis sobre los costos, ya que normalmente la presión del vapor del etanol sobre la gasolina crea vacíos en la operación del motor, y este fenómeno obliga a las cámaras de combustión a tomar más hidrocarburo (gasolina) para mantener la aceleración.

“Al consumirse más hidrocarburo en la combustión, entonces el usuario gastará más dinero comprando combustible”, comentó.

Además, recordó que el etanol tiene un efecto detergente que arrancan gomas y residuos adheridos a los tanques de los vehículos. Esto significa, comentó, que los conductores requerirán más servicios de mantenimiento y limpieza de piezas por el cambio de composición.

Masís Aguilar también recordó que el etanol es un alcohol; un solvente que inevitablemente afectará en algún grado sellos, hules y mangueras en los motores si estos no proceden de fábrica con especificaciones para etanol. Hasta hoy, esas partes llegan a Costa Rica sin ese acondicionamiento, por lo que también eso podría aumentar el gasto en repuestos.

“La capacitación hacia los consumidores y los talleres debería apuntar a revelar con toda claridad a qué nos enfrentaremos. Es posible que el afán del ambiente encarezca el producto, pero que también demande otros gastos. Claro que es necesario mejorar las condiciones ambientales pero, a la larga, también evaluar el aspecto económico”, expresó.

Esta eventual mezcla, explicó, también obligaría a los expendedores en general una mayor frecuencia en las operaciones de limpieza de tanques y cambios de tuberías en estaciones de servicio por ese efecto “detergente” que tiene el etanol. Al ser un servicio público regulado, también esos sobrecostos habrían de trasladarse a las tarifas de los usuarios.