Estas cuatro ticas viajaron a Turquía para ayudar a animales heridos en terremoto

Grettel, Andrea, Sofía y Diana son parte de la organización de bienestar animal Humane Society International (HSI); dan primeros auxilios y ayudan con hospital veterinario

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“Hoy tuvimos que bajar a un perro de una azotea y uno ve su actitud. Están traumatizados con los ruidos fuertes, las personas, con todo. Son animales que lo vieron todo. Los gatos, aquí en Turquía hay muchos, y los hemos visto muy asustados”.

Este es parte del relato que hizo a La Nación Grettel Delgadillo, una de las cuatro costarricenses que viajaron a Turquía con la misión ayudar en la atención de perros, gatos y otros animales heridos o atrapados a causa del terremoto de 7,8 grados que se registró el 6 de febrero y los sismos que le siguieron. Ellas forman parte de la organización de bienestar animal Humane Society International (HSI).

Delgadillo, subdirectora de HSI Latinoamérica, y Andrea Induni, asistente de campo, viajaron desde la semana pasada. A ellas se unirán, en estos días, Sofía Herra, gerente del programa de Prevención de Crueldad y Animales de Compañía, y Diana Mena, asistente de programas.

“Le estamos brindando atención a los animales afectados y a sus familias. Somos varias personas de la organización que hacemos varias funciones, como brindar soporte a las clínicas veterinarias, apoyar a grupos locales de rescate, localizar animales y que puedan reunirse con sus dueños”, añadió Delgadillo, vía telefónica.

Los grupos locales de rescate animal estiman en centenares los animales que probablemente perdieron la vida, además de las decenas de miles de personas que murieron a causa del terremoto. Miles de perros y gatos, así como equinos y animales de granja siguen necesitando ayuda.

El equipo de HSI se concentra en el distrito de Antakya, uno de los más golpeados por la sismicidad reciente.

Las cuatro ticas son parte de un equipo mayor con personas que llegaron de México, Estados Unidos, Colombia e India. Todas se enfocan en brindar primeros auxilios a los animales heridos, a establecer hospitales veterinarios de campo en el distrito de Antakya, y a distribuir los alimentos, el agua y los suministros veterinarios.

Entre ellas hay médicos veterinarios, técnicos, gente con especialidad en manejo de animales domésticos o silvestres y profesionales en otros campos que han llevado formación en rescate.

“A final de cuentas, lo que queremos es que las familias humanas y no humanas se puedan reunir”, destacó la costarricense.

El equipo está en una especie de campamento con diferentes grupos humanitarios que dan ayuda en varios aspectos. Todos duermen en tiendas de campaña, pues el impacto de los sismos hizo que no hubiera infraestructuras que pudieran albergarlos; no hay hoteles, ni centros comunales, ni otro lugar donde pudieran hospedarse.

También hay coordinación con las “familias humanas” que perdieron a sus perros o gatos y los buscan. Ellos llegan hasta donde está el equipo para darles descripción, decirles dónde los vieron por última vez y lugares donde podrían estar. Una brigada se encarga de las búsquedas.

Devastación

Delgadillo aseguró que las escenas de destrucción posteriores al sismo no se comparan con lo visto en fotografías, la realidad es mucho más impactante.

“Cuando va caminando por las calles o se traslada en carro de un lugar a otro podés ver la devastación y son calles de calles de calles de edificios caídos, barrios enteros desaparecidos, hechos escombros.

“Hemos oído historias de gente que perdió a toda su familia, todas sus cosas, de la noche a la mañana. Ha sido bastante impactante y lo pone a uno a reflexionar de las cosas que son importantes en la vida”, añadió.

La actividad sísmica ha continuado. Las ticas sintieron otro terremoto de magnitud 6,4, la noche de este lunes.

“Se activaron los cuerpos de emergencia que están por acá, que son bastantes. Se pasó en vela toda la noche. Hubo varias réplicas, menos fuertes, pero se sintieron bastante.

“Son imágenes bastante duras las que estamos viviendo. Se quedarán grabadas por siempre, me imagino”, afirmó.

Animales heridos física y emocionalmente

Los animales que han recibido en las clínicas tienen “de todo”, precisó Delgadillo. Algunos tienen dificultades respiratorias producto del polvo que han inhalado por los escombros. Esto también afecta los ojos y la vista.

“En el aire hay mucho polvo y eso los afecta mucho”, resumió.

También se ven muchas heridas de diversa índole y profundidad. Los equipos veterinarios han tenido que realizar amputaciones en animales severamente dañados. Emocionalmente, los animales también están muy afectados y presentan crisis nerviosas.

Además, hay animales que vieron a sus dueños morir o que no los encuentran, o perdieron a sus cachorros. Y todo esto suma en su condición emocional.

Delgadillo relató que los perros lloran y tiemblan, mientras que los gatos tratan de huir de las personas y volver a los lugares donde estaban sus hogares.

Por supuesto, también han encontrado animales muy hambrientos, porque ya no tienen disponibles los lugares donde conseguían sus alimentos. Por ello, parte de las labores es darles de comer.

Dentro de las historias, hay muchas que han marcado a las costarricenses. Delgadillo describió una que vivió pocos minutos antes de la llamada con La Nación.

“Tuvimos la llamada de un señor que estaba buscando a su gato en un cuarto piso de un edificio que quedó en pie, pero completamente falseado. Fuimos con él, tenemos un voluntario que tiene un dron para ver un poquito más adentro de este cuarto piso. El gato solo tiene un añito y en el momento de la emergencia, se asustó, se escondió y no se lo pudo llevar. Este señor nos contó que había perdido a familiares en el sismo”, narró.

Encontrar el gato podría devolverle algo de paz al hombre, por lo que la búsqueda continúa. Al momento de la conversación no habían logrado dar con él. Van a regresar y explorar lugares cercanos.

Las costarricenses estarán unas tres semanas más en Turquía y posteriormente regresarán al país y luego apoyarán a distancia a los grupos locales.

“Somos una sola salud, los humanos y animales están interrelacionados, ellos son parte de las familias y también vivieron este desastre y esa es nuestra forma de llevar un poco de alivio”, reflexionó Delgadillo.