Con pesaje de camiones, tiquetes de tren y entrega de medicinas, Racsa sale adelante

Venta de servicios informáticos al sector público explican mejoría de subsidiaria del ICE, luego de años en números rojos

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Mario Ampié es operador de pesaje en la estación de pesaje de Ochomogo de Cartago. El sistema de control de los camiones fue diseñado por Racsa. Fotos de Diana Méndez. (Diana Mendez)

Radiográfica Costarricense S. A. (Racsa) es una empresa que ha hecho de todo por sobrevivir, incluso apostando por iniciativas que pusieron en riesgo su futuro.

Sin embargo, hoy la subsidiaria del ICE aleja el fantasma de las pérdidas vendiendo servicios informáticos para pesaje de camiones, despacho de medicinas, entrega de cédulas y hasta el cobro del tren.

En el pasado, Racsa se aventuró en negocios fallidos que enviaron a la empresa del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a cuidados intensivos, pese a haber sido la primera compañía en Costa Rica que vendió servicios comerciales de Internet, en 1994.

En particular, desde la apertura del mercado de telecomunicaciones en el 2011, la subsidiaria registró pérdidas de las cual se liberó en el 2015 al recortar gastos y personal y modificar su modelo de negocio.

Desde entonces dejó de competir con su casa matriz en los mismos mercados —proveer Internet, por ejemplo—, y se convirtió en un proveedor de servicios especializados al sector público, centrados en registro, manejo e integración de datos, explicó Jaime Palermo, gerente corporativo de Telecomunicaciones del ICE. A continuación algunos ejemplos:

Con el Ministerio de Salud desarrolló Receta Digital: una plataforma para gestión y control de la prescripción, comercialización y despacho de medicamentos. El sistema permite efectuar en línea trámites como registro de quienes prescriben las medicinas, profesionales farmacéuticos autorizados para entregarlas y registro de farmacias.

Con el Ministerio de Seguridad, creó Control PAS, otro sistema para la inscripción de armas de fuego desde un formulario electrónico. Este además sirve para gestionar la importación y desalmacenaje de armas, inscribir agencias a cargo de dicho comercio e inscribir agentes para servicios de seguridad privada.

En el 2015, con la empresa francesa Oberthur Technologies, se adjudicó la fabricación de las cédulas actuales que el Tribunal Supremo de Elecciones emite desde el 2016.

Herencia de ese proceso, Racsa hoy ofrece un servicio llamado VID para verificación de huella digital. Este sirve a empresas u organizaciones para certificar si un ciudadano que realiza una gestión ante ellas, sea efectivamente quien dice ser.

En el 2016, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos colocó unos dispositivos para seguimiento en carretera a 225 autobuses, como parte de un plan piloto para evaluar el cumplimiento de horarios, recorridos, paradas autorizadas, entre otros. Racsa se ocupó de la instalación y mantenimiento de los dispositivos; así como de la plataforma electrónica para el monitoreo.

“Con el Instituto Costarricense de Ferrocarriles ya está desarrollando un sistema de pago electrónico del pasaje, sea con celular o alguna aplicación, y también ya desarrolló un modelo para las estaciones de pesaje para camiones que tiene el Ministerio de Obras Públicas y Transportes. Ahorita también le da diversos servicios a las municipalidades de San José, Grecia y Tibás entre otras”, aseguró Palermo.

Según el funcionario, estos nuevos giros comerciales hicieron que Racsa cerrara el 2015 con un margen de ganancia de 7%.

Entre 2015 y 2017, agregó, las ganancias de Racsa han crecido 17% y este 2018 ″cerrarán en positivo otra vez”.

Los datos de gastos y ganancias de Racsa no trascendieron, pues por razones de competencia comercial, ni el ICE, ni Racsa detallan los estados financieros de la subsidiaria.

Los años al borde del abismo

Este revivir de Radiográfica ocurre luego de años de espanto financiero y salvavidas económicos.

En el 2012, por ejemplo, Racsa lanzó un servicio de video desde Internet llamado One Play y luego otro para combinar navegación por Internet y video desde la web llamado One TV. Todos iban dirigidos a hogares y arrancaron en paralelo con la apertura comercial del mercado de telecomunicaciones.

Ese mismo año, también asumió la estrategia de implementación en el país del Expediente Digital Único en Salud (EDUS) de la Caja Costarricense de Seguro Social.

Poco antes, en el 2011, suscribió un proyecto con el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) para restringir el exceso de velocidad en carreteras usando cámaras de video. Para entonces, Racsa acumulaba casi una década de competir contra el ICE vendiendo enlaces fijos de Internet.

El efecto de tales emprendimientos comerciales le produjo a Racsa un agujero financiero de ¢56.500 millones del 2010 al 2015; según revelan los datos de ganancias y pérdidas confidenciales obtenidos mediante la Contraloría General de la República (CGR).

Su peor año fue el 2014 cuando, a su déficit operativo, también se sumó un pago por ¢20.425 millones al fisco, pues la Dirección General de Tributación del Ministerio de Hacienda descubrió que Racsa no aplicó el impuesto de ventas a sus clientes del 2008 al 2013, por la venta de enlaces de Internet.

Pese a todo, Racsa siempre contó con un ángel guardián: el ICE.

Con créditos e inyecciones de capital, el Instituto cubrió por varios años las pérdidas brindándole a la subsidiaria unos ¢16.800 millones entre el 2008 y el 2015. Asimismo, el Instituto realizó dos aportes de capital por un total de ¢15.500 millones; según información entregada por Racsa a la CGR.

“El ICE y Racsa actuaban como empresas independientes aunque eran del mismo grupo. Nuestra oferta de productos nos puso a competir entre ambas y, antes del 2014, casi no había relación desde el punto de vista de manejo empresarial de segmentos de clientes”, admitió Palermo.

Juan de Dios Cordero, coordinador del Frente Interno de Trabajadores del ICE, asegura que por años los sindicatos criticaron a la administración superior del Instituto la duplicación de esfuerzos e inversiones con Racsa, debido a “pura descoordinación”..

“Había mucha independencia, más bien era necesario cohesionar algunos asuntos para beneficio de Racsa y del ICE. Me parece que aún queda por desarrollar más la parte comercial de Racsa. Es cierto que va bien. pero hay que potenciar más la estrategia comercial de Racsa porque creemos que se ha quedado corta”, comentó el sindicalista.

Por su parte, Palermo explicó que en el 2014 el ICE acordó que Racsa se concentrara en servicios de conectividad en segmentos empresariales y así, por común acuerdo, se eliminó la presencia de Racsa en venta de servicios masivos de Internet.

Además, la entidad se sometió a un proceso de ahorro y contención del gasto mediante el cual pasó de 600 empleados antes del 2014 a “unos 400 ahora”, calculó el jerarca corporativo.

El cambio de rumbo explica porqué Racsa pasó 153.000 clientes de telefonía móvil en el 2013, a 52.000 en el 2017, según estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones. El ICE, en cambio, nunca bajó su cuota 4,5 millones de líneas en esos años.

“A Racsa, en general, no le iba bien en mercados masivos de servicios y menos incursionando con tecnologías no muy exitosas como cuando lo intentó con servicios de Internet por satélite”, comentó Palermo quien, en cambio, celebra que su portafolio ahora incluya servicios de mensajería empresarial, gestión documental en línea para compañías y otras soluciones similares.

Un fruto de prórrogas legislativas

Durante la presidencia de Francisco Aguilar Barquero (1919-1920), el Gobierno de Costa Rica declaró como servicios públicos y monopolio del Estado la telegrafía y telefonía inalámbricas por la Ley Nº 34 del 10 de abril de 1920. Luego, mediante Ley Nº 47 del 25 de julio de 1921, se concedió la explotación de esos servicios a los ingenieros eléctricos costarricense José Joaquín Carranza Volio y Ricardo Pacheco Lara.

Aquella concesión se otorgó por 25 años prorrogables por 20 años más. Un año después, por la Ley Nº 25 del 24 de junio de 1922, se autorizó a estos ingenieros constituir la sociedad anónima Compañía Radiográfica Internacional de Costa Rica para así explotar la concesión dada por la Ley Nº 47 de un año antes. Pasados los 25 años de la concesión, el gobierno de Costa Rica prorrogó por 20 años más, según Decreto Nº 12 del 5 de marzo de 1945.

Al cabo de esos 20 años, en junio de 1964, el gobierno otorgó poderes al ICE para explotar por tiempo indefinido los servicios de telecomunicaciones a los que se refería la Ley Nº 47 del 25 de julio de 1921. Así, conforme la Ley Nº 3293 del 18 de junio de 1964, el ICE y la Compañía Radiográfica Internacional de Costa Rica crean una sociedad mixta, a partes iguales: Radiográfica Costarricense, S. A. (RACSA), por un plazo social de trece años.

Fruto de la alianza, en mayo de 1974, Rasca ofreció en el país el servicio de télex (transmisión telegráfica de datos), totalmente automático mediante equipos adquiridos por el ICE.

Casi dos años luego, el 29 de noviembre de 1975, el ICE compró todas las acciones de Racsa y se convirtió en su dueño único. Vencido el plazo social, éste fue prorrogado hasta el 27 de julio de 1987 (Ley Nº 6076 del 8 de agosto de 1977). Ese año, la Asamblea Legislativa amplió la concesión a Racsa para explotación de telecomunicaciones por otros diez años.

En 1985 nuevamente se amplió la concesión por otros 10 años a partir de 1988. Luego, en 1992, la Asamblea Legislativa, con la Ley No.7298, amplió el plazo social de Racsa por 25 años más.