CNFL resalta riesgo de cocinar con gas para vender plantillas de inducción

Distribuidora de electricidad publicita en campaña inconveniencia del GLP por razones de seguridad, riesgos para salud y más gasto

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Una campaña de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) para publicitar la venta de cocinas de inducción tanto para uso residencial como comercial, resalta los riesgos asociados al Gas Licuado de Petróleo (GLP), combustible que tiene más de 815.000 usuarios en Costa Rica.

En anuncios radiofónicos y en redes sociales, la CNFL señala que cocinar con gas puede ser perjudicial para la salud, pues podría ocasionar problemas respiratorios a sus usuarios, incluido asma.

Luego, invita a los consumidores a optar por cocinar con sus placas de inducción, que describen como “más seguras, prácticas y fáciles de usar.” La CNFL anunció en abril que retomó la comercialización de estos aparatos, como parte de su nuevo giro de negocio.

Otro mensaje enfatiza la importancia de la familia y advierte sobre los posibles accidentes provocados por fugas de gas, invitando al uso de sus soluciones de inducción para garantizar la seguridad de los seres queridos.

La apuesta explota riesgos ya conocidos con la manipulación inadecuada de cilindros y válvulas de gas para impulsar una tecnología basada en la electricidad y que constituye su principal enfoque de negocio.

Michael Miranda Guevara, ingeniero de la Unidad de Desarrollo de Negocios de la CNFL, explicó que, al cabo de casi tres años de investigaciones, decidieron lanzar su campaña de comunicación y publicitaria contra el gas dadas las inconveniencias de utilizarlo que se han descubierto.

Por ejemplo, recordó que Bomberos atendió 2.551 incidentes ligados a fugas de gas u otras emergencias en casas y comercios en el 2022.

A eso, dijo, se suman informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS)que atribuyen al uso sostenido de GLP al cocinar una inhalación de gases residuales que producen afectaciones respiratorias.

Fuera de aspectos de seguridad y salud, Miranda Guevara dijo que sus análisis demuestran ahorros por migrar de una tecnología a otra.

Gas con muchos usuarios

Según la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), en 2022 se estimó que había alrededor de 815.000 usuarios de gas para cocinar en Costa Rica, la mayoría de los cuales son hogares, pero también incluyen pequeños comercios, según el Informe Anual de Calidad del Gas 2022.

El reporte destaca los peligros asociados con la manipulación indebida de los cilindros y válvulas, pues 75% de los hogares (611.000) almacenan el cilindro dentro de la vivienda, cuando lo recomendado es mantenerlo fuera del inmueble.

Del total de usuarios de gas, solo 45% (367.000) tiene en uso válvulas roscadas, consideradas más seguras para prevenir fugas que las válvulas de acople.

Además, el informe señala que 15% de estos consumidores (122.000) no verifica si los cilindros en uso están en buen estado.

Ahorro y eficiencia energética

Según las comparaciones que hace la CNFL, una persona que gaste ¢10.000 cocinando con gas en la casa se ahorraría ¢2.000 si cambia a inducción o ¢3.000 si ese gasto ocurre en una soda o restaurante.

El vocero recordó que un quemador de gas es mucho menos eficiente a nivel de energía porque la mayor parte del calor de la llama se disipa en los bordes de las ollas o sartenes. Por eso, aseguró, los recintos donde se cocina con gas tienden a ponerse calientes sin una ventilación adecuada.

Sin embargo, el costo inicial de los dispositivos de la Compañía podría no resultar tan atractivo para posibles interesados.

Las placas de inducción residenciales tienen un precio de ¢50.000 las de un disco y ¢110.000 si son de dos discos. Los dispositivos dirigidos a comercios, sodas y restaurantes incluyen freidoras de sobremesa a ¢497.000, placas de dos discos a ¢419.000 y una plancha de alimentos, también de sobremesa, con un costo de ¢655.000; entre otros.

El vocero insistió en que utilizar GLP no es más barato, rápido o seguro, pero admitió que la adopción de esta alternativa que venden será lenta.

En el 2021, cuando arrancó una primera campaña de ventas, se colocaron 13.000 unidades de inducción entre el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la CNFL en todo el país. De diciembre de 2022 a la fecha, dijo, la CNFL ha vendido 400.

“Hay rutinas muy arraigadas con el uso del gas. Por eso impulsamos estas campañas para quitarle a la gente de la cabeza que el gas es lo mejor. Nunca entregaríamos a un cliente algo que no hemos verificado primero”, insistió.

Así funciona la inducción

Las plantillas de gas tradicionales utilizan una llama o quemador que irradia y conduce el calor a las ollas y sartenes. En cambio, las placas de inducción utilizan un campo electromagnético que transfiere corrientes directamente a recipientes colocados sobre la superficie. El calor se crea desde el interior de los propios utensilios de cocina.

Si se retira la olla, el calentamiento se detiene casi al instante. Cualquier olla o sartén con fondo plano, de hierro u otro material al cual sea posible adherir un imán, funcionará con inducción.

El Departamento de Energía de los Estados Unidos respalda los hallazgos de la CNFL.

Debido a que los aparatos de inducción solo generan calor a través de ollas y sartenes en sus superficies, son mucho más eficientes: hasta tres veces más eficientes que estufas de gas y hasta un 10% más que cocinas eléctricas convencionales con superficie lisa.

Este desempeño resulta en menores costos de energía, así como menores tasas de contaminación del aire asociadas con la generación de energía, indica el Gobierno estadounidense en sus materiales educativos.

La tecnología, cita esa autoridad, también está libre de los contaminantes del aire interior que emanan de la quema del gas para cocinar como óxidos nitrosos (NOX), monóxido de carbono (CO) y formaldehído (HCHO), que pueden tener efectos negativos para la salud y exacerbar las afecciones respiratorias.

Según un estudio de 2022, el 12,7% del asma infantil actual en los Estados Unidos es atribuible al uso de estufas de gas.