Chinchilla invita a las familias a perder el miedo a la sexualidad

Programa del MEP no busca sustituir la importancia de hablar del tema en casa

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Entre uniformes y globos rojos con forma de corazón, caminó por los pasillos del Liceo de Aserrí hasta llegar a una clase del Programa Educación para la Afectividad y la Sexualidad.

La presidenta, Laura Chinchilla, asistió ayer como una estudiante más, se sentó en el suelo y, junto al ministro de Educación, Leonardo Garnier, celebró la puesta en marcha de una iniciativa que busca quebrar mitos y temores.

Este año, el curso lectivo inauguró 40 minutos por semana de las clases de Ciencias para que profesores y alumnos hablen abiertamente sobre sexualidad, aclaren dudas y dejen el morbo a un lado.

“Hago un llamado a los padres de familia para que no se preocupen. Que estén tranquilos, porque ellos están en buenas manos. La mejor manera es que ellos se comuniquen; hay que conversar el tema en casa”, afirmó Chinchilla.

La presidenta dijo que el tema forma parte de las conversaciones en su familia.

“No es un tema que trato todos los días en la mesa del almuerzo, pero sí he conversado con mi hijo. No hay que forzar a los muchachos: cada uno de ellos tiene su estilo, su ritmo y sus niveles de aprendizaje”, expresó la mandataria.

En las aulas se abordarán temas como el afecto, el respeto a las diferencias, la formación de identidad y no lastimar a los demás.

“El tema más difícil está en cómo los adultos aprenden a hablar con los jóvenes con naturalidad, dispuestos a escuchar y a fomentar el respeto entre los muchachos”, afirmó el ministro Garnier.

En la clase que compartió la presidenta, la timidez robó las palabras de los jóvenes ante la presencia de cámaras y micrófonos. Sin embargo, la profesora Johanna Castro logró que algunos de ellos expresaran su apoyo al programa.

“Este tipo de cursos nos enseña a no confundir los términos, a convivir con las otras personas y la importancia que tiene la toma de decisiones en la vida”, manifestó una estudiante de octavo año.

Más que sexo. El ministro Garnier enfatizó que no se trata de un curso sobre sexualidad únicamente, sino que aborda la sana convivencia y el respeto a los demás.

“No queremos adolescentes embarazadas. A mayor educación sexual, menos embarazos. La sexualidad se disfruta en la medida en que aprendemos a respetar las diferencias”, agregó Garnier.

Con un globo rojo con su nombre, un chocolate y dinámicas con rompecabezas de colores, la presidenta compartió una mañana entre palabras de amor y amistad.

Desde que llegó al Liceo, entró en sintonía con los estudiantes y, sin fijarse en el reloj, habló con ellos y se puso una camiseta blanca, con la palabra “amistad”, que le regalaron en un acto en el gimnasio.

El Programa Educación para la Afectividad y la Sexualidad llegó a las aulas de secundaria después de que, el año pasado, los obispos de Costa Rica manifestaran su desacuerdo con la iniciativa del Ministerio de Educación Pública (MEP).

Los sacerdotes calificaron de “hedonista” el progama e, incluso, aconsejaron a las familias no enviar a sus hijos a esa clase.

Respecto al tema, la Sala IV resolvió que los padres de familia son los que deciden si sus hijos acuden, o no, a las clases sobre sexualidad.

“Siempre hemos tenido muy claro que la escuela y el colegio no vienen a sustituir a los padres; hay que hablar el tema en casa. En la dinámica tenemos un ejercicio demostrativo de que hay profesores de verdad”, comentó la presidenta Chinchilla.