Los ¢2,5 billones que forman el presupuesto anual de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) son administrados sin un sistema financiero contable, lo que vuelve más difícil el control de gastos de la institución.
Dicho monto equivale a la tercera parte del plan de gastos del Gobierno Central para el 2014 o, bien, al 10% del producto interno bruto (PIB).
Constituye, además, el presupuesto más grande entre las entidades públicas.
A falta de digitalización, buena parte de la ejecución presupuestaria de la CCSS –de la cual más el 60% se destina al pago de remuneraciones– se lleva en hojas de Excel o en sistemas informáticos poco robustos.
También se depende de que 300 unidades ejecutoras de recursos a lo largo de todo el país envíen, a tiempo, sus datos contables a las oficinas centrales.
Así lo reconoció el gerente financiero, Gustavo Picado, quien señaló que la entidad ya tiene casi listo un cartel de licitación para contratar el desarrollo del sistema informático, por un monto de $80 millones.
Ese proyecto, sin embargo, se concretaría en un mediano o largo plazo, dijo. Mientras tanto, evalúan algunas aplicaciones.
Varias entidades como la Defensoría de los Habitantes han llamado la atención sobre la falta de un sistema financiero contable en el Seguro Social.
Así se lee, por ejemplo, en el capítulo que la Defensoría desarrolló sobre la Caja en su Informe anual de labores 2012-2013 , donde se señala que hasta que no resuelva el rezago informático en la parte financiera, “no se pueden superar las deficiencias más profundas en el funcionamiento de la CCSS”.