AyA advierte de fallas en microcuencas y en salud comunitaria

Laboratorio de Aguas evaluó calidad de gestión ambiental en 16 categorías

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El grave nivel de contaminación en las microcuencas del país y la falta de atención institucional a la salud comunitaria, son las debilidades que halló el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) tras evaluar las gestiones ambientales durante el 2014.

La entidad revisó 16 categorías y, al igual que cada año, entregó los galardones de bandera azul ecológica y sello de calidad sanitaria a los comités locales que aplican buenas prácticas.

Para la premiación de ayer, se evaluó la gestión de unos 4.000 comités en el 2014. En general, la categoría de microcuencas fue la más débil.

“Nos ha costado mucho. Esta es una categoría muy difícil, porque necesitamos la participación de la gente en las márgenes de los cuerpos de agua (...). Las personas no han entendido que no deben depositar desechos sólidos en los cuerpos de agua (ríos, quebradas, etc.)”, manifestó Darner Mora, director del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA.

También los hallazgos en la evaluación de la salud comunitaria fueron críticos. Según Mora, la promoción de la salud quedó en el olvido desde que la parte operativa de ese sector pasó a manos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

“La Caja no tiene capacidad ni conocimiento para atender la salud; ellos atienden la enfermedad. Esta categoría debe crecer para que se promuevan cambios en estilos de vida, dietas saludables, espacios libres de humo, práctica del deporte”, dijo Mora.

¿Cómo lo logran? Esta es la primera vez que Franklin Alvarado, jerarca del Comité de Mata de Plátano en Goicoechea, gana una estrella en la categoría Microcuencas. Su grupo lo logró mediante el trabajo con líderes municipales, campañas casa por casa y capacitaciones ambientales.

La Universidad Nacional, en su campus de Liberia, obtuvo por segundo año consecutivo el máximo galardón (cinco estrellas).

Wagner Castro, coordinador ambiental de esa sede, señaló que la clave del éxito está en la coordinación interinstitucional, por lo que no es necesario gastar demasiado dinero en la sostenibilidad.

“Instalamos 50 paneles solares hace un año, con lo que compensamos el 8% de nuestro consumo eléctrico. Reutilizamos aguas residuales para riego, tenemos un vivero, producimos abono orgánico, capacitamos a los estudiantes en temas de residuos sólidos y agua”, resaltó Castro.

Historia. El Programa Bandera Azul Ecológica tiene 20 años y en la actualidad mide 10 categorías, en tanto el Programa Sello de Calidad Sanitaria nació en el 2001 y evalúa, en seis rubros, a los administradores del recurso agua.

Bandera azul ha crecido tanto que el AyA perdió la capacidad de atender a todos los comités que se inscriben cada día.

Solo en lo que vamos del 2015 ya se han apuntado más de 5.000 grupos interesados.