Aceite de cocina pondrá en marcha carros con biodiésel

Plan proyecta reducir el porcentaje de los niveles de emisión de carbono

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El aceite de cocina que sobra tras cada fritura en sodas, restaurantes y casas será la materia prima para abastecer de biodiésel a vehículos de San Rafael de Heredia.

Esta iniciativa comunitaria pretende reducir las emisiones de carbono, mediante la producción de biocombustible a partir de 450 litros de aceite semanales.

El proyecto cantonal agrupa a vecinos y a 15 comercios que optaron por guardar el aceite en recipientes, en vez de tirarlo.

El centro de acopio del cantón es el encargado de recolectar el aceite y, luego, la empresa Energías Biodegradables, en Ochomogo de Cartago, es la responsable de hacer la conversión a biodiésel.

“Se hizo un estudio y nos dimos cuenta de que el transporte genera la mayor cantidad de emisiones del cantón. Por eso es necesario adoptar tecnologías alternativas”, dijo Sonia Arguedas, investigadora de la Universidad Nacional (UNA).

Desde hace una década, este cantón herediano ha hecho un esfuerzo por crear conciencia ambiental entre sus vecinos.

“Somos un cantón organizado y tenemos un programa de estrategia local para el cambio climático, que comprende que la contaminación es mucho más que solo residuos sólidos”, manifestó el alcalde de San Rafael de Heredia, Jorge Isaac Herrera.

En esa estrategia incluyen un proyecto de manejo de residuos orgánicos en el distrito central y un programa de reforestación y restauración en sitios vulnerables.

El cambio hacia los biocombustibles en esta comunidad se hará realidad en enero del próximo año, cuando tres vehículos de la flotilla municipal empiecen a moverse con litros de biodiésel.

“Está comprobado que reduce las emisiones, y la idea es dar el ejemplo con nuestros carros para motivar a que el transporte público y los vecinos decidan adoptar esta estrategia”, añadió el alcalde.

Para el desarrollo de este plan, el alcalde reconoce que los resultados han sido un esfuerzo integrado entre empresa privada, lugareños y funcionarios del Ayuntamiento.

Voluntad. En la Escuela Manuel Camacho, los niños son parte del compromiso con el ambiente y llevan a sus clases pequeños recipientes con el aceite que sobró la noche anterior en la cocina de sus casas.

“Este proyecto no lleva color político, sino el compromiso de contribuir al ambiente. Por eso ha existido un buen vínculo entre comunidad y Municipalidad”, indicó la investigadora Arguedas.

Una vez que se ejecute el programa de biodiésel, la Municipalidad apunta a la reducción progresiva de emisiones de carbono en el cantón herediano.

“Con este proyecto es muy necesario seguir con la estrategia de capacitación, es necesario hacer conciencia sobre lo que representa el impacto ambiental de las emisiones de gases, porque, de lo contrario, es echar agua en un canasto”, comentó el alcalde.

El costo actual del litro de biodiésel es de ¢650, más impuestos, pero su valor bajaría, si en el país hubiera más iniciativas para el desarrollo de biocombustibles.

“Hay agricultura convencional que no se está aprovechando para extraer aceite para biodiésel, y que haría menos caro el producto”, expresó Eladio Madriz, gerente de Energías Biodegradables.