Un 15% de las familias incorporadas a Puente al Desarrollo, programa gubernamental para combatir la pobreza, termina incumpliendo los compromisos que asume con el Estado para recibir ayudas económicas.
Tales incumplimientos provocaron que el Gobierno separara a 8.000 familias del programa desde 2016.
Los encargados de esos hogares desertaron de los programas de capacitación técnica del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), se ausentaron a las citas médicas programadas en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) o permitieron que sus hijos abandonaran el sistema educativo.
“En el caso de Puente al Desarrollo, la familia que no asume compromisos es una familia que no puede estar dentro del programa; la familia que no cumple los compromisos es una familia que debe salir del programa para darle espacio a otras que sí tienen la voluntad para hacerlo”, manifestó el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Juan Luis Bermúdez.
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Cuando un hogar ingresa al programa, firma un contrato para asumir responsabilidades por cada uno de los subsidios que recibirá.
Si falla de forma grave o recurrente, correrá la misma suerte de las 8.000 familias que ya fueron separadas del plan integral, el cual ofrece desde ayudas económicas y pensiones no contributivas, hasta capacitación y financiamiento para emprendimientos.
De acuerdo con el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), cada familia tiene un contrato personalizado, debido a que la entrega de los beneficios dependerá de las necesidades básicas de cada hogar, identificadas por trabajadores sociales por medio de visitas al hogar.
Puente al Desarrollo incluye 69 ayudas sociales entregadas por 30 diferentes instituciones públicas, que contempla desde el Ministerio de Seguridad Pública, hasta el Ministerio de Cultura y Juventud.
“En este proceso a nosotros nos corresponde hacerles ver que tienen capacidades para acceder a nuevas oportunidades para su familia, y que la única forma de salir adelante en este proceso es cumplir con sus responsabilidades y ser constantes”, manifestó el ministro.
Sin embargo, la separación de una familia del programa no frenará la entrega de subsidios a esos hogares. Lo que cambia es que ya no tendrán una atención integral del problema de necesidad que enfrentan, por lo que deberán ir a la institución respectiva para recibir la ayuda específica que requiere.
Por otra parte, el 39% de los hogares atendidos mediante Puente al Desarrollo concluyó el programa, salió de la pobreza y hoy vive sin la ayuda del Estado.
Así funciona Puente al Desarrollo
Para combatir la pobreza en una familia, Puente al Desarrollo inicia identificando las necesidades básicas que no puede cubrir, y como primer paso, busca solventarlas con transferencias económicas.
Mediante programas sociales como el Fondo Nacional de Becas (Fonabe) y Avancemos, garantiza que los niños y adolescentes de la familia auxiliada permanezcan en el sistema educativo con el fin de que, a mediano o largo plazo, cada uno de ellos obtenga una vocación o profesión.
A través del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el Estado introduce a los miembros productivos de la familia en procesos de educación técnica, con el objetivo de mejorar su empleabilidad.
También hay otras entidades, como el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), que capacitan a las jefas de hogar para que generen emprendimientos y encadenamientos productivos.
Para que los miembros adultos de la familia puedan trabajar o estudiar, Puente al Desarrollo los beneficia con el programa Red de Cuido, con el objetivo de que sus hijos tengan resguardo, comida y educación cuando estén fuera de casa.
Luego de la capacitación, mediante la intermediación laboral del Ministerio de Trabajo busca posicionar a los miembros de familia en edad productiva, en puestos de trabajo formales, con el objetivo de lograr la autonomía financiera del hogar.