La cobertura en vacunación contra la covid-19 a cargo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) oscila entre el 63% y 90% entre las diversas áreas de salud, lo que evidencia un ritmo menor al “nivel mínimo aceptable”.
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A esa conclusión llegó la Contraloría General de la República (CGR) en un informe publicado este viernes, sobre la eficacia de las acciones para implementar la vacunación en las 105 áreas de salud de la Caja.
La campaña comenzó a finales del 2020. Sin embargo, a la fecha, el 73% de las áreas tiene una cobertura menor al mínimo aceptable, un 13% presenta una cobertura inferior a la idónea, pero aceptable (entre 90% y 95%), mientras que el restante 14% alcanzó una eficacia idónea, con cobertura igual o superior al 95%.
La región con menos cobertura es la Huetar Norte, con un 75%, y la que más cobertura tiene es la Central Sur.
La baja cobertura en la vacunación, es atribuida por la Contraloría por la Contraloría, a “la ineficaz comunicación” para que el grupo poblacional meta (mayores de 18 años) sea persuadidode acudir a la aplicación de la vacuna, aspecto fortalecido por el bajo involucramiento de actores externos al sector salud que incentiven la vacunación voluntaria en adultos.
Para la CGR, el hecho de no haber alcanzado niveles altos en todo el país, va en detrimento del artículo 2 de la Ley Nacional de Vacunación, N.° 8111, que garantiza el acceso efectivo a la vacunación a toda la población y, en especial, a aquella con condiciones de vulnerabilidad, como la niñez, los inmigrantes y los sectores ubicados por debajo del índice de pobreza.
Además, la situación va contra los compromisos que el país contrajo mediante la suscripción de la Agenda 2030 y en particular, del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3.
La Nación hizo consultas a la Caja sobre el informe, pero no hubo respuesta.
Por grupos de edad
La Contraloría explicó que, al analizar la cobertura por grupos de edad, en el 83% de las áreas de salud, en población de 18 a 57 años los niveles están por debajo del nivel mínimo aceptable, mientras que en la población mayor de 58 años ello se presentó únicamente en el 28% de las áreas de salud.
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“Lo anterior, implica un reto para lograr incrementar la eficacia en la cobertura de vacunación contra covid-19 para la población adulta”, explicó la Contraloría.
Las diferencias entre las áreas y grupos etarios no se dan por falta de fármacos. A finales de noviembre, el Gobierno anunció que desecharía 360.000 dosis contra la enfermedad pandémica porque vencían. Sin embargo, a partir de nuevos estudios, la fecha de vencimiento se extendió a febrero del 2023; algunas, incluso, a junio del próximo año.
Cobertura del esquema básico
Según el informe, un factor que afectó considerablemente en los resultados en la vacunación del esquema básico fue la atención de la emergencia sanitaria por la pandemia, lo cual ocasionó, que las autoridades sanitarias priorizaran sus recursos hacia esta emergencia.
“Lo anterior derivó, de acuerdo con lo señalado por la Comisión Nacional de Vacunación, en que las labores de seguimiento sobre las tasas de cobertura de vacunación del esquema básico oficial quedaran relegadas”, explicó la CGR.
Del 2019 al 2021, la CGR identificó una disminución en la cobertura del esquema básico oficial de vacunación, particularmente evidente en dos vacunas de dicho esquema, a saber la Antituberculosa (BCG) y Virus del Papiloma Humano (VPH), las cuales pasaron del 96% y 75% de cobertura, al 80% y 42% en el 2021 respectivamente; por lo cual, no alcanzan el parámetro de aceptabilidad del 90% definido.
Las vacunas Antihepatitis B (VHB) y Rotavirus, reportaron una cobertura idónea (mayor a 95%) en el 2019, pero dos años más tarde su indicador cayó a niveles aceptables, es decir entre 90-95%.