Sler Yariel nació en un taxi, frente a hospital puntarenense, en medio de la huelga

Personal de Emergencias del Monseñor Sanabria corrió para garantizar la estabilidad de mamá y bebé

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En medio de la huelga, Sler Yariel Mayorga Peraza empezó a hacer fuerza para nacer y lo hizo cuando quiso: este martes, a las 9:30 a. m., en el asiento trasero de un taxi, frente a la puerta de Emergencias del Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas.

Su mamá, Floribeth Peraza Campos, de 27 años, lo esperaba hasta finales de este mes.

El tercero de sus hijos, sin embargo, puso las reglas. Con un intenso dolor de espalda que la empezó a punzar desde tempranas horas de la mañana de este martes, Yariel le envió a su mamá los primeros avisos diciéndole que quería nacer ya.

Floribeth estaba en la casa de su amiga de toda la vida, Mireya Segura Valenciano, en el Rodeo de Puntarenas, a tan solo 700 metros del hospital.

Llevaba una semana ahí, alejada temporalmente de sus hijos mayores, de 13 y 5 años, y de su esposo, Olivier Mayorga. La casa de su familia está ubicada en una comunidad rural de Cóbano llamada La Esperanza.

En la casa de su amiga, en la ciudad de Puntarenas, Floribeth se preparaba para recibir a Yariel, que llegó antes de lo esperado.

Fue en Cóbano, al otro lado del Golfo de Nicoya, donde el papá del menor recibió la llamada de su esposa informándole de que su hijo acababa de nacer. Y en un taxi.

“No lo podía creer. Soy guarda de seguridad y acababa de llegar de trabajar. Estaba durmiendo cuando recibí la primera llamada a las 7:30 a.m. en donde ella me decía que Yariel iba a nacer.

"Le dije que no podía ser, que estaba para el 27 de setiembre. Seguí durmiendo. Dos horas después, me llamó con la noticia”, recordó el feliz padre, quien apenas conocer del nacimiento tomó el ferri y atravesó el golfo para ver por primera vez a su hijo.

Randall Álvarez Juárez, director médico del hospital puntarenense, dice que este es un caso excepcional.

Usualmente, atienden de 3 a 4 partos extrahospitalarios por mes; es decir, de mamás que vienen con los bebés que tuvieron fuera del hospital. Pero pocas veces se ve uno como el del pequeño Yariel, quien pegó su primer llanto en un taxi frente a Emergencias.

“El taxista estaba todo preocupado. Me decía que no debía nacer en el taxi porque estaba todo contaminado. Le preocupaban las bacterias. Yo solo me acomodé en el asiento de atrás y mi amiga Mireya recibió a Yariel”, comentó la mamá, un día después de vivir esa aventura, y mientras se repone en uno de los salones de maternidad del hospital porteño.

Los papás están muy agradecidos con el Monseñor Sanabria porque la atención fue expedita a pesar del movimiento de protesta.

Aquí, informó Álvarez, un 31,5% de los funcionarios apoyan el paro de labores contra la reforma fiscal, aunque, en promedio, solamente un 8% de los servicios se ha visto afectados gracias a las medidas de contingencia.

La semana pasada, dos empleados se encadenaron frente a la puerta principal de la lavandería y durante casi dos horas impidieron la entrada de ropa limpia o la extracción de material contaminado. Este ha sido el hecho más grave hasta ahora, comentó el director.

Sin embargo, Emergencias ha funcionado con la mayor normalidad posible. No más escuchar los gritos de Mireya afuera, el personal de salud salió a atender a la mamá y a su pequeño.

Yariel pesó 3.420 gramos y midió 49 centímetros. Es un bebé hermoso que debe su primer nombre a un amigo muy cercano de su papá y el segundo a una ocurrencia conjunta de la pareja.

Planea cruzar el mar hacia Cóbano el fin de semana, en brazos de su mamá, quien asegura que esta será una historia para contar por el resto de su vida.