Riesgo de más enfermedades acecha a víctimas de huracán

Diarreas aparecen en dos albergues; 42.000 personas siguen sin el líquido

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Las autoridades de Salud lograron contener los dos primeros brotes de diarrea que afectaron a 40 personas en albergues para damnificados del huracán. Sin embargo, todavía es muy temprano para cantar victoria.

La escasez de agua potable, que hasta ayer afectaba a unas 42.000 personas, y la presencia de escombros y aguas estancadas, tras las crecidas de los ríos, son las potenciales fuentes de enfermedades entre las víctimas del huracán Otto.

Este fenómeno climatológico azotó al país el jueves de la semana pasada y destruyó a su paso grandes áreas en cantones como Upala, Bagaces, Corredores y Golfito.

Hasta la tarde de ayer, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) reportaba 10 personas fallecidas y 3.334 damnificados en 34 albergues.

La alerta roja se mantiene en seis cantones, en tanto que los tres días de duelo nacional por esta tragedia comenzaron a regir ayer. Este lunes se emitió el decreto de emergencia nacional.

La viceministra de Salud, María Esther Anchía, dijo que están haciendo esfuerzos para frenar la aparición de enfermedades.

Tanto el Ministerio de Salud como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), reforzaron sus equipos en los territorios afectados, para detectar y tratar cualquier epidemia en ciernes.

Ese fortalecimiento incluye la sustitución del personal de salud que está entre los damnificados .

La presidenta ejecutiva de la Caja, María del Rocío Sáenz Madrigal, confirmó que los principales retos sanitarios se concentran en garantizar letrinas, una correcta manipulación de alimentos y una rápida limpieza de desechos, principalmente en los 34 albergues.

Esta institución envió a más de 30 especialistas y 11 equipos a las zonas devastadas para reforzar los servicios y controlar el estado de salud de los damnificados, incluida su salud mental y la situación de enfermos crónicos (diabéticos, hipertensos), embarazadas y menores de edad.

Pronóstico. De acuerdo con los especialistas, virus como el dengue, zika y chikunguña, podrían dispararse en las próximas dos semanas si no se logran limpiar los desechos que quedaron en las áreas anegadas por las lluvias.

Los escombros son criaderos del Aedes aegypti , el zancudo transmisor de esas y otras enfermedades.

Darner Mora Alvarado, director del Laboratorio Nacional de Aguas, del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), no ocultó su preocupación por la escasez de agua potable en los albergues.

Según explicó, esta carencia podría desencadenar, en cuestión de horas, nuevos brotes de diarreas causadas por agentes como el rotavirus y la Shigella, en los sitios donde la gente está hacinada y tiene pocas posibilidades de extremar la higiene personal.

De los dos brotes de diarrea registrados hasta ayer, el de el Carmen II, en Upala, afectó a 27 personas. En este lugar, confirmó Anchía, no hay suficientes servicios sanitarios ni duchas para resolver la necesidad de aseo personal a un centenar de ocupantes.

AyA aconseja a la población usar el agua que está distribuyendo en sus cisternas, pues tiene la garantía de la cloración.

Mora advirtió de que enfermedades como la transmitida por la bacteria Leptospira, podrían incrementarse debido a la muerte de animales, que quedaron flotando en los suampos.

La presencia de materia fecal -humana y animal- en esas aguas, es otro riesgo de infección para los lugareños, y el personal responsable de los rescates y la rehabilitación de servicios.