Pulpos de algodón acompañan a decenas de bebés en hospitales de CCSS

Recién nacidos se aferran a tentáculos como si se tratara del cordón umbilical; figura sirve de estímulo para recuperación de recién nacidos que luchan por su vida

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Pulpitos creados con hilos de algodón de todos los colores; suaves, modositos y calientes, velan por decenas de bebés recién nacidos en varios hospitales de la Caja.

Los últimos 40, llegaron este viernes al servicio de Neonatología del Hospital Max Peralta, en Cartago, gracias al trabajo de un grupo de tejedoras de todo el país que dedican de tres hasta diez horas a crear cada una de sus obras.

Estos pulpos llegan a los bebés más frágiles: aquellos que están en unidades de cuidado intensivo neonatal, que nacieron antes de tiempo o con alguna enfermedad que obliga al personal de salud a dejarlos hospitalizados mientras se mejoran y agarran fuerzas para salir.

LEA: Voluntarios tejen pulpos para que bebés se aferren al cordón de la vida

Es durante esa recuperación que el pulpo de algodón va directo a cumplir el trabajo para el cual fue creado: estimular y acompañar a estos pequeños pacientes, quienes en la inmensidad de la incubadora se sujetan a uno de sus tentáculos, que semejan el cordón umbilical, en otro intento por aferrarse a la vida.

Otros bebés en condición más estable, como los que asisten a la consulta de crecimiento y desarrollo o a la clínica de lactancia, también se han visto beneficiados.

Estas artesanas han tejido y regalado más de 160 pulpos de algodón en los dos años que tiene de esta iniciativa. Y siguen tejiendo más incansablemente.

Los han regalado a bebés de los hospitales Nacional de Niños, Calderón Guardia y Tony Facio de Limón, contó Mariana Vaglio, vocera de la Asociación de Tejedoras Sociales de Costa Rica.

Todo esto se hace luego de someter al pulpito a un proceso de confección con hilos ciento por ciento de algodón, y de pasarlos por un meticuloso proceso de esterilización; siempre bajo el control constante de médicos, enfermeras y papás, informó Rita Hernández, enfermera encargada del programa de Estimulación Temprana del hospital cartaginés.

Se ha demostrado que el algodón es mejor material que la lana, pues esta trae algunos acrílicos que dificultan su esterilización y pueden, además, causar alergias, explicó Vaglio.

"Esta experiencia es una gran motivación para nosotras, las mamás, y nuestros bebés porque seguimos promoviendo su fortalecimiento, dándoles fuerza y mucho amor, porque la idea es que salgan pronto de acá.

"Nos hablaron de la utilidad y me encanta la idea de poder usarlo con mi hijo", dijo Verónica Brenes, mamá de un bebé de 15 días de vida, internado en el hospital de Cartago.

El nacimiento original de este pulpito fue en Dinamarca, explicó Vaglio.

Ahí se vio que un menor se aferró a la figura hecha por su familia y eso le dio nuevas esperanzas a sus padres para la recuperación.

"Lo hacemos porque la causa nos genera una gran satisfacción. Por lo general, los padres se motivan y durante el egreso se lo llevan para la casa", dijo Vaglio.

Un tejedor o tejedora experta pueden tardan tres horas tejiendo el pulpo, pero uno que apenas esté empezando se puede llevar hasta diez horas en su confección.

Vaglio calcula que en este proyecto ha participado más de un centenar de artesanos tejedores de todo el país.

Cada vez que tienen un buen cargamento de pulpitos, eligen un hospital y los regalan.

El grupo de tejedores tiene un perfil en Facebook (www.facebook.com/tejedorassociales) donde periódicamente anuncian los días que se van a reunir para sentarse a tejer en grupo estos pulpitos.

Según publicó este diario en abril, para colaborar no es necesario saber tejer pues el grupo tiene instructoras.

"Muchas personas vienen con muchas ganas de ayudar, pero sin saber cómo tejer. Nosotros les enseñamos, sin problema. Damos clases de puntadas básicas para luego enseñarles cómo hacer el pulpito", comentó Vaglio en ese entonces.