Programe descansos en el horario de sus hijos y evite saturarlos de actividades

Descansar es fundamental para los estudiantes y esos espacios deben considerarse para asegurar que haya un balance con sus responsabilidades, aconseja psicóloga

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El descanso es fundamental para cualquier ser humano porque le ayuda a recuperar energías y le permite al organismo renovarse. Esto es particularmente importante en niños, niñas y adolescentes, afirma la psicóloga Ingrid Arias Trejos, quien aconseja a papás y mamás buscar un balance en el horario de sus hijos y no saturarlos de actividades.

La gran pregunta es: ¿Cómo lograr ese balance entre estudio y descanso? En el capítulo de hoy de “Estar Bien”, procuraremos ofrecer algunas pautas con la ayuda de Ingrid Arias.

Lo primero que advierte la psicóloga es evitar la sobresaturación, un modelo de vida que se nos ha inculcado a todos en las últimas décadas para ser más productivos. No se deje engañar. Saturar los horarios de estudio de sus hijos con actividades solo llevará a una baja productividad o a una productividad de baja calidad.

“Necesitamos un justo balance entre lo que hacemos y el descanso. Pero lo que hacemos no tiene que estar enfocado solo en actividades académicas o intelectuales, sino también en recreación y descanso”, afirma Ingrid Arias Trejos. Descansar es una parte vital y la podemos hacer sin sentirnos culpables, enfatiza.

Es cierto que para muchas familias, organizar los horarios de sus hijos puede ser sinónimo de caos. Nadie se pone de acuerdo y difícilmente se encuentran espacios para programar de forma equilibrada los tiempos y espacios para el descanso y el estudio.

Esto, en no pocas ocasiones, se debe a la obsesión de muchos padres por llenar a sus hijos de actividades extracurriculares: quieren que aprendan varios idiomas a la vez, asistan a todas las actividades deportivas y artísticas, que quizás ni siquiera les gustan a los menores.

Esta sobresaturación, advierte la psicóloga, conduce a niños agotados y con dificultades en el aprendizaje.

“Organicemos el horario donde haya un espacio para la escuela, una parte para que pueda comer tranquilo y otra para el estudio, por ejemplo, una hora y media. Si los sentamos de corrido, el nivel de productividad va a bajar. Los niños no tienen una capacidad de atención tan larga. En promedio, es de 20 minutos”, explica. Por eso, son importantes las pausas de diez minutos para que el menor pueda distraerse y conectarse temporalmente con otras cosas de su agrado.

¿Qué pasa cuando son los padres quienes saturan de actividades a sus hijos? Para la psicóloga Arias Trejos es importante que valoren por qué y para qué quieren involucrar a sus hijos en tantas actividades: ¿Es para que los demás vean que su hijo sobresale en estas áreas? ¿O porque el niño realmente disfruta de ellas?

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Es importante que se pregunten también cuándo tendrá tiempo su hijo o hija de ser niño o adolescente, cuándo podrá jugar o estar con sus amigos. “Nuestro cuerpo necesita pausas y descansos. Si lo saturamos colapsa”, reitera.

¿Y qué pasa con el caso contrario: cuando hay padres que le dejan al niño la libertad de administrar su tiempo? “Ningún extremo es saludable”, contesta Arias. Aquí hay una palabra fundamental: límites. Hay que manejar los límites. Son los padres quienes establecen las pautas.

Para conocer más sobre este tema, vea el video y escuche la entrevista completa con la psicóloga Ingrid Arias Trejos en este capítulo de “Estar Bien”.