Mujer casi muere de peritonitis por errores de tres médicos

Familia pagó casi ¢800.000 en centro privado para tener diagnóstico certero

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El 4 de febrero, Marianela Granados Carrillo fue operada de urgencia en el Hospital San Juan de Dios. El diagnóstico: apendicitis aguda perforada.

Cinco horas en el quirófano, una semana con la herida abierta, un drenaje para evacuar la purulencia, y una parte del hígado resecado son las consecuencias inmediatas de una historia que se comenzó a escribir a mediados de enero pasado.

Esta joven madre, de 26 años, vecina de Higuito, en San Miguel de Desamparados, San José, estuvo sufriendo por dos semanas antes de la operación. Tenía dolor abdominal, náuseas y fiebre, sin que en ninguna de las tres consultas a las que acudió en dependencias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sospecharan de una apendicitis en evolución.

Granados fue dos veces al Servicio de Urgencias, en la Clínica Marcial Fallas, en Desamparados, el 24 y el 28 de enero.

Contó que de ahí salió con diagnóstico de infección bacteriana (no le especificaron qué tipo de bacteria) y con un tratamiento que le provocó un intenso estreñimiento.

Como seguía mal, decidió ir al Ebáis de Higuito, el 29 de enero, donde la doctora, muy atenta según recuerda, le dijo que “su colon estaba dormido y había que despertarlo”. Le mandó un aceite que le causó diarrea.

Aquejada cada vez más por los dolores, las náuseas y los vómitos, y cansada de que ni en el Ebáis ni en la Clínica le aliviaran su dolencia, Granados se vio obligada a pagar una consulta privada con ayuda de su familia.

Después de exámenes que incluyeron una tomografía de abdomen, ultrasonidos y prueba de laboratorio, y tras pagar una factura de casi ¢800.000, los médicos le diagnosticaron peritonitis.

Tenía la apéndice perforada y una infección interna en desarrollo que hacía peligrar su vida.

“O la operan hoy, o la entierran mañana”, recuerda su mamá, Marlen Carrillo, que les dijeron.

Esta fue la advertencia del médico del hospital privado cuando ella le dijo que ahí no podían pagar más allá de los exámenes.

Inmediatamente, la familia trasladó a Granados al Hospital San Juan de Dios, donde, sin embargo, no la atendieron de inmediato. Tras la insistencia de su madre para que los médicos vieran a su hija, una hora después fue operada de emergencia.

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En el límite. La operación se prolongó durante casi seis horas. Según relató Carrillo, el cirujano a cargo le explicó que tuvieron que “sacarle todos los menudos” a su hija para lavarlos.

En una copia del expediente que la familia le facilitó a La Nación se señala que, aparte de extirpar el apéndice, a la paciente se le resecó una sección del hígado y se le hizo un lavado quirúrgico.

Granados estuvo más de una semana hospitalizada, con tratamiento intensivo de antibióticos para controlar la infección y evitar complicaciones mayores.

Este jueves 3 de marzo, ya más recuperada, acudió junto a su esposo y sus dos hijos a la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago, a dar gracias por el milagro de estar viva.

“Si no hubiera sido por los ahorros de mi mamá, yo no estaría contando el cuento. Es bien difícil afrontar este tipo de trato. Si uno paga seguro, no es justo que lo traten tan mal y siempre le manden los mismos medicamentos”, expresó Granados.

Datos de la CCSS indican que los hospitales de esta institución atienden unos 6.700 egresos por enfermedades del apéndice.

En el 2014, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) registró seis fallecimientos por apendicitis aguda con peritonitis generalizada, el mismo cuadro que sufrió Granados.

La Nación intentó obtener comentarios sobre este caso en el Ebáis de Higuito y en la Clínica Marcial Fallas, pero no fue posible.

La gerenta médica de la Caja, María Eugenia Villalta Bonilla, manifestó que en su despacho podrían investigar el caso si Granados presenta la denuncia.