Más llamadas de ayuda llegan hasta el 9-1-1

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“La parte de mantener en línea al usuario y convencerlo de aceptar la ayuda, eso se sale de todo protocolo”.

Con esas palabras, Johnny Torres explica el reto que significa dar “primeros auxilios psicológicos”, desde el 9-1-1, a alguien que podría poner fin a su vida justo en ese momento.

Algunos solamente lo hacen para informar a las autoridades, pero otros buscan encontrar en el operador un apoyo que les ayude a salvarse.

Según las estadísticas de emergencias, cada vez entran más llamadas en la categoría de “amenaza de suicidio”.

Durante el cuarto trimestre del 2015, se recibieron en promedio 298 llamadas por mes. En este trimestre, tal cifra ascendió a 405 llamadas mensuales.

La mayoría se hacen desde San José (41%), Alajuela (17%) y Cartago (12%).

El aumento en más de 100 alertas durante un periodo tan corto preocupa a la entidad.

“Eso refleja el estado de la salud de la población, que también afecta nuestros índices y la salud mental de nuestros propios operadores”, manifestó Guiselle Mejía, directora del Sistema de Emergencias.

Ella, no obstante, destacó el hecho de que el aumento de llamadas con amenazas suicidas también podría significar que la población está cada vez más anuente a buscar ayuda.

Para Torres, quien es cruzrojista y tiene 16 años de experiencia como operador en el 9-1-1, esa es la tendencia.

“La mayoría de las llamadas van orientadas a la búsqueda de ayuda. Sí se ha dado que mientras un operador está atendiendo, la persona se quita la vida, pero normalmente los compañeros logran mantener la llamada mientras llega la ayuda, que puede ser la Cruz Roja o la Fuerza Pública”, dijo Torres.

Con el objetivo de que los cerca de 100 operadores del 9-1-1 puedan atender mejor las llamadas de este tipo, el Sistema de Emergencias y el Ministerio de Salud les brindaron capacitación entre mayo y julio de este año .

Allan Rímola, jefe de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio, explicó que también se dio atención a quienes se encontraban afectados por algún caso que les hubiera correspondido atender.

Torres considera que los nuevos conocimientos, junto a la experiencia que se cultiva con los años, capacitarán a los operadores para dar un mejor servicio, cuya finalidad es salvar vidas.