Hospitales declaran cero tolerancia a estudiantes de internado en fiestas clandestinas

Directora de Hospital de Niños confirmó que suspenderán a cualquiera que vaya a estos eventos ilegales, como los internos sorprendidos en Escazú

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Cualquier estudiante de Medicina que realice su internado en centros médicos públicos será suspendido si se comprueba que asistió a una fiesta clandestina. Así lo aseguró a La Nación la directora del Hospital de Niños, Olga Arguedas, al confirmar que a los dos internos de la Ucimed que fueron a uno de estos eventos ilegales ya se les cerraron sus campos clínicos y que se seguirá el mismo camino con otros casos de esta índole.

Desde hace una semana, Arturo Solís, supervisor hospitalario de los dos practicantes que fueron sorprendidos en una megafiesta en Escazú, adelantó a este diario que los muchachos ya no iban a ser recibidos en las instalaciones del centro médico. “Se incurrió en una falta y uno no desearía que personas que tienen esos antecedentes regresen al hospital. Si usted es un estudiante de Medicina, tiene que actuar consecuentemente, tanto dentro del hospital como fuera de él”, dijo entonces.

Sin embargo, la directora Arguedas aclaró este miércoles que la suspensión de los alumnos también se dio porque violaron el permiso que se les otorgó para circular durante la restricción vehicular sanitaria, el cual solo puede ser utilizado cuando los alumnos se dirigen al hospital para cumplir sus labores académicas. El mayor peso lo tuvo el hecho de no acatar “las disposiciones hospitalarias sobre ser observantes de todas las medidas de prevención contra el virus” y poner en riesgo a pacientes y personal médico por posibles contagios.

“Lo que se les suspendió es un concepto que tiene la Caja (Costarricense de Seguro Social) que se llama campo clínico, que es como el espacio, no solo físico, sino también logístico y docente de la atención que se les concede a los estudiantes universitarios para que hagan durante su último año las rotaciones de internado en los diferentes hospitales. Nosotros no podemos sancionar, solo decidimos hacer la suspensión del espacio en tanto la universidad resuelve qué hará con ellos”, declaró la jerarca en entrevista con La Nación.

Arguedas señaló que la suspensión no se dio porque el caso haya trascendido a la prensa y redes sociales, sino que esta es la forma de proceder en este tipo de temas y así lo harán si descubren nuevos hechos similares. Incluso, rescató que la medida se toma acorde al reglamento que regula la actividad clínica docente en los establecimientos de la Caja, el cual es supervisado por el Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss).

“El hecho se dio fuera del hospital, pero utilizaron un documento para tener libre circulación aduciendo falsamente que eran funcionarios del hospital. A mí me parece que esas fiestas clandestinas son una abominación y la mayor expresión de irrespeto a los derechos de las demás personas”, expresó la jerarca. Para ella, los que deberían recibir la mayor sanción son los organizadores de estos eventos ilegales, los cuales han puesto en riesgo la salud pública desde el inicio de la pandemia.

Colegio de Médicos inicia investigación

Por la misma fiesta clandestina en Escazú un médico residente del Hospital México que asistió al evento enfrenta un procedimiento administrativo en el centro médico y otro disciplinario en la Universidad de Costa Rica (UCR), en donde cursa el Programa de Posgrado en Especialidades Médicas (PPEM). Sin embargo, ahora el Colegio de Médicos y Cirujanos también abrió una pesquisa en contra del agremiado y podría elevar el caso al Tribunal de Ética de la organización.

La fiscal del Colegio, Cecilia Bolaños, confirmó a La Nación que cuando concluyan las averiguaciones sobre cuáles faltas cometió el muchacho de 27 años y de apellidos Marín Baraquiso, se elevará el caso a la Junta Directiva para seguir el camino hasta los tribunales internos. “En el caso de las fiestas clandestinas, se estaría violando el artículo 9 del Código de Ética y esa sanción podría variar de una amonestación escrita hasta una suspensión temporal del ejercicio profesional, tomando en cuenta los antecedentes del agremiado”.

Dicho numeral indica que el médico tanto en su ejercicio profesional como en su vida pública debe tener un comportamiento acorde con la moral, el decoro y el prestigio de la Medicina. En 2017, los directivos del Colegio hicieron una interpretación de este artículo y determinaron que una conducta incluso ajena al ejercicio de la Medicina puede considerarse como violatoria de la normativa siempre y cuando cumpla tres requisitos: que sea grave, que haya trascendido a la opinión pública y que afecte la imagen de la organización.

Bolaños adelantó que en este caso se cumplieron esos supuestos, ya que se irrespetó una medida sanitaria, se hizo eco en los medios de comunicación y se impactó el prestigio del gremio médico. “Es muy lamentable que se den este tipo de actividades clandestinas porque por el mismo hecho de ser ilegales no se respetan adecuadamente las medidas de seguridad tales como el aforo, el distanciamiento social, el uso de mascarilla y el protocolo de servicio. Es muy lamentable que un miembro del Colegio, siendo conocedor del riesgo de transmisión y que se está buscando reducir la enfermedad, participe en este tipo de actividades”, agregó.