Tres de cada cuatro niñas de diez años recibieron las dos dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) durante el 2020.

Un segundo grupo que recibió solo la primera dosis aún puede ponerse “al día” si ha transcurrido menos de un año desde su primera dosis.

Para hacerlo, solo debe presentarse al Ebáis de su comunidad para completar el esquema.

Información difundida la mañana de este jueves por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) señala que 30.415 niñas (el 85 % del grupo meta) tuvo la primera dosis y 26.793 niñas (el 75 % del grupo meta) completaron la segunda dosis.

Esta vacuna se aplica a todas las niñas de diez años. Consta de dos dosis que deben aplicarse con una diferencia de seis meses entre una y otra. Nuestro país utiliza la vacuna Gardasil IV.

El número de vacunadas es menor al de 2019, cuando el 95% de la población meta recibió la protección.

Para Leandra Abarca, de la Subárea de Vigilancia Epidemiológica, el cierre de los centros educativos debido a la pandemia generó limitaciones importantes en el cumplimiento de la vacunación.

Sin embargo, dijo, el compromiso de los equipos locales de vacunas permitió establecer medidas para que la disminución en coberturas no fuera mayor.

Dentro de estas medidas están mensajes a madres por redes sociales y comunicaciones en centros de salud y a través de líderes comunales.

Vacuna eficaz, segura y necesaria

La vacuna protege contra los tipos de virus que están más relacionados con el cáncer de cérvix.

El VPH es un microorganismo de transmisión sexual. Trece de sus 150 cepas pueden infectar células del cérvix.

Casi siempre, el cuerpo combate la infección y la elimina por sí mismo, pero a veces se forman lesiones que, con los años y si no se tratan, derivan en cáncer.

Otros estudios han vinculado este virus con cáncer de ano, cáncer de vulva, pene, verrugas genitales y varios tipos de tumores orales.

La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), detalló en febrero de 2019 que esta vacuna es segura, eficaz y una medida contundente y necesaria en la lucha contra el cáncer de cérvix.

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