Drones ayudarán a fiscalizar vida útil de rellenos sanitarios

Uso de esta tecnología facilitará inspección detallada de instalaciones en momentos en que se acerca agotamiento del principal relleno del Valle Central, lo que ejercerá presión sobre otros

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¿Cómo saber con precisión cuán cerca están los rellenos sanitarios de alcanzar su límite, agotar su vida útil y cerrar sus puertas? Para fiscalizar la condición de estas instalaciones en aspectos difíciles de ver para el ojo humano, el Ministerio de Salud anunció el uso de drones. La inclusión de esa tecnología forma parte del Nuevo Plan de Gestión Integral de Residuos 2023-2028, que se presentó a inicios de mes.

“Los drones son una de las aplicaciones tecnológicas que estamos implementando y la razón es que hay muchos cuestionamientos sobre la vida útil de los rellenos sanitarios. Con los drones se puede hacer topografía bastante detallada y visualizar zonas que desde la tierra no se ven fácilmente”, manifestó Ricardo Morales Vargas, jefe de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio.

Estos aparatos, precisó, permitirán tener un panorama general desde el aire e información topográfica, con la cual determinar la estabilidad de los taludes, la inclinación de las celdas (del relleno) y estimar finalmente cuánto de volumen libre le queda.

Morales, sin embargo, aseguró que estos equipos no sustituirán la labor de los inspectores de Salud, quienes realizarán las labores de fiscalización con la frecuencia necesaria.

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Dos rellenos con el tiempo contado

Esta noticia llega en momentos en los que se tiene una fuerte presión sobre los rellenos sanitarios y la disposición final de los residuos.

De los ocho parques de tecnología ambiental o rellenos sanitarios que tiene Costa Rica, dos están al límite de su capacidad. Uno de ellos, el de Los Pinos, en Cartago ya llegó a ese punto y no está autorizado para recibir más residuos.

El otro, el parque de tecnología ambiental Uruka, en La Carpio, San José, ya está muy cerca de llegar al tope. Las estimaciones del Ministerio de Salud le dan siete meses.

Los otros seis sitios tienen vidas útiles que van de los 4 a los 43 años, pero con el inminente cierre de La Carpio se pondrían sobre ellos cargas mayores de desechos que acortarían la vida útil.

Frente a esta situación, tecnologías como los drones ayudan para un mejor aprovechamiento de los rellenos, a lo que debe sumarse las acciones que realizan comunidades, las soluciones aportadas por las industrias y las que cada persona realiza desde su hogar.

“Eso (el cierre del parque ambiental en La Carpio) va a generar presión a otros rellenos, especialmente al que está en Aserrí (en El Huazo), porque es el otro que está en el Valle Central. Tiene suficiente vida útil, pero no queremos que sobrecarga”, afirmó Morales.

Aunque se tienen planes a corto y mediano plazo, la salida inmediata sería llevar los residuos sólidos a otros rellenos fuera del Valle Central.