Derrame de químico en el mar deja a 350 familias sin sustento

Cooperativa pide ayuda de ¢50.000; IMAS estudia entregar subsidio

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Puntarenas. El derrame de 180 toneladas de nitrato de amonio en las aguas del golfo de Nicoya va más allá de un estado de alerta y daños ambientales todavía sin cuantificar.

El naufragio de la embarcación de la empresa Fertica dejó sin el sustento a 350 familias que se dedican a extraer moluscos en diferentes manglares.

Desde el domingo, por orden de las autoridades, rige una veda que impide a los molusqueros sacar y comercializar producto del mar.

Según la Cooperativa de Molusqueros de Puntarenas, los ingresos de un jefe de familia en este oficio oscilan entre ¢8.000 y ¢18.000 por día.

“Todos (los molusqueros) ganamos al día y lo que conseguimos apenas da para vivir”, dijo Oldemar Costa, líder del grupo.

Desde el lunes, Costa y sus compañeros esperan una respuesta del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), que estudia la entrega de un subsidio.

“Yo estoy mayor, solo tengo ese ingreso y si no nos dejan ir a pescar, es fregado”, comentó Francisco Luna, de 66 años.

Para remediar el problema, la Cooperativa solicitó al IMAS una indemnización de ¢50.000 que cubra los días que no han podido recolectar sus productos.

Carlos Alvarado, ministro de Desarrollo Humano, reconoció que el IMAS estudiará dar ayudas a los afectados, pero no precisó montos, fechas ni beneficiarios.

El ministro añadió que analizan adelantar la veda anual (tres meses) del golfo de Nicoya y entregar a los molusqueros un monto para resarcir el daño.

Ese periodo se inicia el próximo 15 de mayo. Para los pescadores, el subsidio durante ese tiempo es de ¢140.000 y para los molusqueros es de ¢110.000 (por mes).

Alvarado lo definiría, a más tardar, la próxima semana.

Mientras, pescadores, vendedores de mariscos, dueños de pescaderías y administradores de restaurantes se quejaron por la disminución en las ventas y el manejo de la emergencia.

“El domingo, las ventas fueron como las de un lunes o un martes (...). La gente pregunta si el pescado se pescó esta semana o la pasada”, narró Romario Rodríguez, dueño de Don Mario, en el paseo de los Turistas.

“La gente quiere saber si el pescado está contaminado. Yo vendo pescado grande, especies de mar adentro, que nada tienen que ver con el golfo de Nicoya, pero, aun así, me he visto afectado”, lamentó German Mora, vendedor desde hace 12 años.