La Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) pedirá un informe al Ministerio de Salud y a la Caja sobre lo sucedido con el arroz contaminado con gorgojos y gusanos que le vendió una empresa al Hospital México.
También preparará una investigación de oficio por la situación que afectó al hospital, y lo obligó a solicitar apoyo de urgencia a otros centros de salud de su red de referencia para abastecer el consumo de empleados y enfermos.
El vocero de esa corporación y miembro de la junta directiva, Eduardo Rojas Villalobos, manifestó a La Nación que ellos esperaban que sucediera pronto una situación como la que afrontó ese hospital nacional la semana pasada.
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"Esto sucede por el arroz importado. Las empresas que lo traen no tienen equipo de proceso, y este arroz requiere algunas normas de inocuidad para proteger al consumidor final. Los industriales nacionales tenemos que pasar controles del servicio fitosanitario del Estado y hemos desarrollado normas de inocuidad que son exigidas por las grandes cadenas de supermercados", manifestó Rojas.
Según dijo el vocero de Conarroz, el año pasado el país importó 500.000 quintales de ese producto; es decir, unas 25.000 toneladas de arroz pilado que equivalen, según Rojas, a unos ¢13.000 millones.
La importación de arroz ha sido tema de debate entre los productores.
La situación que se dio en el Hospital México obligó a las autoridades administrativas de este centro de salud a iniciar un proceso de sanción contra la empresa proveedora, Mercasa.
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César Quesada, encargado de licitaciones de Mercasa, confirmó la detección de un lote “que tenía plaga muerta”. Quesada dijo que se retiró el producto del mercado para evitar despachos.
Agregó que en una reunión con representantes del hospital se aclaró que las plagas en los granos básicos son prácticamente inherentes. “(...) que lo que acá prevalece son los procesos de control y prevención para evitar que estas lleguen a formar parte del producto final”, dijo.