Corazones esperan atención entre la vida y la muerte

Familias de los que murieron sin ser atendidos denuncian trato inhumano

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Sira, Emiliano, Walter, Rafael Ángel, José Manuel, Carmen Lidia, José Francisco, Saúl, Abel, Pedro, Álex, José, William, Vidal, Beltrán, Vicente, Georgina, Ana Lucía, Jeannette, Cristóbal, Fausto, Dolores, Cipriano, Nieves, Aida, Mario, Kenneth, María, Nautilio, Nicolasa...

Ellos son 30 de las 138 personas que fallecieron mientras esperaban un cateterismo cardíaco en el Hospital México. Ese examen permite revisar el estado de corazón, venas y arterias.

La lista fue revelada el 15 de abril por la jefa de Cardiología del centro médico, Sofía Bogantes, quien demandó dar prioridad a la primera causa de muerte entre los costarricenses: la enfermedad cardiovascular.

Sin embargo, hay cientos de nombres más. Los de los pacientes que aún están con vida.

Pocos días después de que Bogantes hizo la denuncia, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) dio su lista de 657 personas en espera de ese examen en tres hospitales: México, Calderón Guardia y San Juan de Dios.

Otros 607 enfermos aguardan una operación del corazón o del pulmón en esos centros de salud.

En total, más de 1.200 pacientes llevan meses, incluso años, esperando un cateterismo cardíaco o una cirugía de corazón y pulmón.

Esa espera los hace bordear la línea entre la vida y la muerte.

Más allá. Según la investigación preliminar de la Fiscalía, son 138 los pacientes que fallecieron esperando. Sus familias reclaman hoy la desatención sufrida.

Mientras vivían, dicen, nunca los llamaron. Cuando finalmente lo hicieron, ya estaban muertos.

Hay rasgos comunes en todas estas historias:

1. Los hospitales los anotan en una lista y prometen que los llamarán. Pero pasan meses, y años, y esa llamada nunca llega.

2. Cuando finalmente los contactan, la persona que necesitaba el procedimiento lleva varios meses de fallecida.

3. No les dan explicaciones claras del padecimiento ni tampoco del tratamiento que les harán.

4. Los ponen a firmar consentimientos “informados” sin permitirles el tiempo suficiente para entender el proceso al que serán sometidos.

5. Los centros de salud hacen sentir a los enfermos y a sus familias como números; no como seres humanos.

6. En cada familia, hay otras historias de maltrato y de largas esperas en hospitales de la Caja.

Reacción institucional. A partir del miércoles 22 de abril, los pacientes en la lista de espera de cateterismo en el Hospital México empezaron a recibir la llamada que estuvieron aguardando tanto tiempo.

La medida es una de varias que ha tomado la Caja como reacción a la crisis del servicio de Cardiología de ese centro de salud.

Le pasó a Víctor Mesén Marín, de 78 años, de Parrita, con seis años de esperar el cateterismo. También al odontólogo Franklin Alpízar Morales, de 52 años, que aguarda desde el 2011 el procedimiento “urgente” enviado por el médico.

La Junta Directiva de la Caja aprobó un plan de contingencia para sacar la lista de espera en cateterismos: ¢700 millones y tres hospitales trabajando a toda máquina los próximos tres meses.

El jueves quedó en firme otro plan mayor: ¢10.000 millones para que 23 hospitales saquen de la lista a 25.000 personas en espera de cirugías en diferentes especialidades de aquí a final de año; incluida cardiología.

El presidente Luis Guillermo Solís reaccionó ayer a esta situación: “Estoy muy satisfecho de que se haya hecho un esfuerzo tan importante desde el punto de vista financiero. La Caja sí puede hacer estos esfuerzos. ¿No sería esta una ocasión adecuada para decirles que no soltemos este esfuerzo hasta que no haya pacientes esperando más de lo que es humanamente necesario para ser atendidos?”

Para Sira, Walter, Rafael Ángel y 135 más ya es demasiado tarde. Su espera terminó con la muerte. Para otros, cientos, aún puede haber esperanza. Colaboró Irela Fornaguera