Las lesiones causadas por agresión física, sexual el abandono o la negligencia obligan a hospitalizar en la Caja, al menos, una persona cada día.
El año pasado, egresaron de los hospitales 381 personas que tuvieron que ser internadas debido a la magnitud de las lesiones sufridas.
Un 34% de ellas (129 personas) fueron víctimas de abuso sexual. La siguiente causa de ingreso durante el año pasado fue el abuso físico, que afectó a 107 personas (28% del total de casos).
Seis de cada diez víctimas son mujeres, de acuerdo con datos del Área de Estadísticas de la Salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), dados a conocer en un boletín de prensa.
La relación mujer/hombre casi se duplica pues por cada hombre que tuvo que ser hospitalizado en el 2016, ingresaron 1,7 mujeres.
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Esta tendencia se repite desde 1997, según los registros estadísticos aportados por la CCSS a solicitud de este diario.
El hospital que más pacientes vio con el llamado "síndrome de maltrato", fue el Enrique Baltodano, en Liberia (Guanacaste), donde tuvieron que internar a 62 personas afectadas.
En el Hospital Escalante Pradilla, de Pérez Zeledón, el año pasado internaron a 40 personas por esa causa; y en el l Hospital Nacional de Niños a 37 menores.
Desde 1997, la CCSS ha manejado un promedio anual de 329 personas hospitalizadas por maltrato. En ese periodo, el año que más pacientes internaron fue el 2015, con 409 víctimas.
En total, desde ese año y hasta el 2016, los hospitales de la CCSS tuvieron que atender a 6.583 víctimas de maltrato. No trascendió la cifra de mortalidad por esa causa.
Los datos para el 2016, por edad, muestran que entre los hombres un 91% de quienes requirieron cuidados hospitalarios tenían entre uno y 14 años.
De las mujeres, ese mismo año, un 75% de todos los egresos se dieron en quienes tenían 14 años o menos.
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Detonante: la violencia
El síndrome del maltrato incluye diferentes tipos de abuso contra la persona: físico, sexual, psicológico y el causado por la negligencia o el abandono.
Marlen Agüero Arce, asistente técnica del Programa de Normalización de la Atención de la Violencia de la CCSS, considera que la cantidad de internamientos por esa causa a lo largo de los años es un reflejo de la violencia generada por la pobreza, el uso de drogas y el mal manejo de las frustraciones.
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"La Caja es la receptora de las consecuencias de la violencia. Por eso, es importante articular toda una estrategia de acción con la participación de actores muy importantes como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Patronato Nacional de la Infancia, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Ministerio de Seguridad o la Defensoría para enfrentar el problema y diseñar intervenciones preventivas que permitan contener los índices de violencia y las secuelas que se atienden en los hospitales", manifestó Agüero.
Centros como el Nacional de Niños han denunciado un recrudecimiento de la violencia contra los niños.
En el 2015, el hospital pediátrico atendió a 3.000 menores víctimas de algún tipo de violencia, principalmente sexual. La cifra incluye los casos hospitalizados y los atendidos ambulatoriamente (sin necesidad de internamiento), tanto en Emergencias como en consulta externa.
Entre tanto, el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, donde se reportan historias de abandono y negligencia contra los adultos mayores, atendió 209 casos por negligencia en el 2015. De ellos, 40 pacientes tuvieron que ser internados a raíz de esos descuidos.
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Según el Consejo Nacional de la Persona Adulto Mayor (Conapam), cada año 250 ancianos son abandonados en el país y se calcula que esa cifra irá creciendo, en promedio, un 20% anualmente.
Un reporte enviado por 122 Comités de Estudio Integral de Niño, Niña y Adolescente Agredido (Ceinnaa), en el 2015, habló de casi 10.000 menores de edad víctimas de algún tipo de violencia, especialmente dentro de sus hogares.
Esos comités funcionan en cada uno de los centros de salud de la Caja.
La Caja, en estos momentos, desarrolla una campaña para frenar los casos de maltrato que se puedan estar dando dentro de las familias.
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Patricia Vegas Frías, responsable del diseño de la campaña, explicó que el mensaje está enfocado en "cero gritos" y "cero agresión".
La institución ha hecho un llamado a contener la violencia que, en sus diferentes formas, golpea todos los servicios de salud del país.