El médico paliativista y creador de la Fundación Partir con Dignidad, José Ernesto Picado Ovares, ha acompañado a cientos de familias en el proceso de despedir a un ser querido, principalmente, adultos mayores.
En este capítulo de “Estar Bien”, Picado Ovares, quien dirige la unidad de atención comunitaria del Hospital Nacional de Geriatría, comparte consejos para enfrentar ese momento que, tarde o temprano, deben vivir las familias.
Le preguntamos a Picado por qué es importante hablar del acompañamiento al final de la vida. Para él, son varias las razones. Una de las primeras está relacionada con los cambios demográficos y epidemiológicos que nos hablan del envejecimiento de la población y de enfermedades terminales; esto nos enfrentará con mayor frecuencia a la oportunidad de acompañar a algún ser querido en la etapa final de su vida.
Cuando hablamos de acompañar a morir estamos haciendo referencia a personas con enfermedades avanzadas que viven una situación en la cual podrían generar sufrimiento a sus familias.
“La muerte como parte de la vida es generadora de sufrimiento. Las muertes generan sufrimiento: las traumáticas por un accidente, y las muertes por enfermedades donde la persona se va deteriorando y uno la va acompañando en ese momento tan difícil y único de la vida que es el morir.
“Solo la persona que lo vive lo entiende. Todo esto genera muchísimas necesidades para la persona y la familia, que tienen que ser atendidas”, explicó el médico, quien también es especialista en Geriatría.
El tema es complejo, aclaró. Y el hecho de que cada persona lo viva de forma única implica que no se puede abordar con una receta igual para todos.
En las 4.500 visitas que en promedio realiza cada año a más de 1.500 adultos mayores, Picado con su equipo de atención comunitaria del Geriátrico ha aprendido a conocer de primera mano la experiencia de acompañar a las familias en este proceso.
¿Se puede estar preparado para acompañar? La clave, recalcó, es hacer conciencia sobre el tema de la muerte y hablar de esto. No esperar a vivir la experiencia en carne propia para empezar a comprender las necesidades que se enfrentan en estas circunstancias.
“La experiencia de acompañar a morir es única y muy importante, es trascendente. Realmente si uno lo compara con el nacimiento, el morir tiene una mayor profundidad porque ya la persona está concluyendo la vida y le estoy dando ese último regalo, que es ser acompañado y tener una buena muerte.
“Uno, entrando en la casa logra ver qué tipo de papá, mamá o hermano fue esa persona, según la dinámica de la familia. Siempre me ha llamado la atención que en el momento en que están muriendo, muchos les están enseñando a los hijos cómo morir bien”, relató Picado.
El médico también se ha topado con familias que desencadenan una crisis ante la cercanía de la muerte de un ser querido. En el fondo, dijo, esto revela la importancia de sanar las heridas con suficiente tiempo: las propias y las del resto de la familia.
“Lo importante, como dicen los budistas, es aprovechar la vida para prepararnos para la muerte. Es un mensaje importante porque todos vamos a morir: debemos sanarnos, hablar del tema y acompañar, que es un regalo importante y único”, agregó.
Acompañar a morir no es una atribución que solo le compete a un médico especializado, indicó. “El simple acto de saludar, poner la mano en el hombro o abrazar a alguien genera un impacto enorme que marca a quien lo recibe”, afirmó.
¿Cómo puede uno prepararse para acompañar a morir? Lo invitamos a escuchar la entrevista completa en el video y en el podcast de “Estar Bien”.