3 de cada 10 adultos mayores de 60 años sufren una caída al año; ¿cómo evitarlo?

Cifra aumenta al 50% en adultos de 80 años y más; cerca del 10% de las caídas ocasionan complicaciones severas como fracturas y traumas de cráneo, advierte CCSS

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Tres de cada diez costarricenses mayores de 60 años sufren, al menos, una caída al año con el riesgo de tener complicaciones como fracturas de cadera y cráneo. La cantidad de personas aumenta a cinco de cada diez cuando se habla de quienes tienen 80 años y más.

Especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hacen un llamado para prevenir estos eventos en la población mayor debido a las complicaciones asociadas a las caídas. El sábado 23 de setiembre, se conmemoró el Día de la Concientización de la Prevención de Caídas en la Persona Adulta Mayor.

Vilma García Camacho, del Programa Normalización de la Atención a la Persona Adulta Mayor de la CCSS, exhorta a las familias a prevenir este tipo de accidentes, la mayoría evitables, pues las complicaciones de una caída a esas edades viene aparejada de discapacidad, aumento de la dependencia de ayuda para las actividades diarias e incluso la muerte.

Para reducir el riesgo de caídas en los adultos mayores, García recomienda lo siguiente:

  • Iluminar bien pasillos y escaleras, que además deben estar despejados, sin objetos que obstaculicen el paso.
  • Enrollar o pegar los cordones y cables a la base de la pared para evitar tropezar con ellos.
  • Evitar el uso de alfombras o utilizar una cinta con adhesivo en ambos lados o con reverso antideslizante para evitar resbalones.
  • Secar inmediatamente los líquidos derramados en el piso para disminuir riesgo de resbalones.
  • Colocar una alfombra de goma antideslizante o tiras autoadhesivas en el piso de su ducha o en la tina.
  • Instalar agarraderas en las duchas y sillas para que los adultos mayores se sienten mientras se bañan.
  • Instalar una luz nocturna para ver por dónde se camina. Algunas luces nocturnas se encienden por sí solas al oscurecer.
  • Si la persona suele levantarse de noche, utilizar luces indirectas.
  • Al levantarse de la cama o del sillón, dar unos segundos de tiempo para ponerse de pie y empezar a caminar, con el fin de evitar mareos o caídas por pérdida del equilibrio.
  • Utilizar zapatos cómodos, bajos y antideslizantes, que sean cerrados y de superficie ancha. Evitar el uso de sandalias o pantuflas.
  • Realizar actividad física regular que ayude a mantener la masa muscular, el equilibrio y la flexibilidad.
  • Vigilar el consumo de medicamentos.

En el mundo, una tercera parte de las personas de 65 años y más sufre, al menos, una caída al año. Según García, en Costa Rica esa prevalencia sube al 35,6% entre las personas de 60 años y más, según un estudio del Proyecto CRELES de Costa Rica, sobre longevidad y envejecimiento saludable.

Vilma García dijo que la edad es un factor de riesgo, toda vez que la cifra de estos percances aumenta al 50% en adultos de 80 años y más.

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“Esta situación es preocupante pues cerca del 10% de los casos deriva en complicaciones severas como fracturas y traumas de cráneo, capaces de producir dificultades de desplazamiento en las personas; o bien, lesiones muy delicadas que ameriten un internamiento que se podría prolongar varios días.

“Otras como fracturas o el síndrome poscaída podrían limitar la realización de actividad física, considerada de suma importancia para el fomento del envejecimiento saludable y que abarca áreas de particular importancia, entre ellas: la capacidad funcional, las habilidades neuromotoras, el balance, la coordinación, el tiempo de reacción, así como la salud neurológica o cognitiva”, afirmó la especialista.

Edad aumenta riesgo

La población adulta mayor es la más vulnerable de convertirse en víctimas de caídas por múltiples circunstancias. Por ejemplo, alteraciones visuales, musculares, esqueléticas y articulares. También por problemas auditivos, cardiovasculares, alteraciones en el nivel de azúcar, descompensaciones en la presión arterial y problemas de pie.

A lo anterior, se suman dificultades en el entorno, que incluyen calzado inapropiado, superficies o pisos mojados, falta de luz en las habitaciones, baños sin agarraderas, mascotas que se atraviesan y presencia de alfombras y desniveles en las casas.

También vehículos y autobuses muy altos que dificultan subir y bajar, aceras en mal estado, y objetos y muebles que obstaculizan el paso.