Zarcero: la derrota del abstencionismo

Es pequeño y rural, con buena calidad de vida; bien conectado en lo vial y lo social

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A la izquierda, tramos con duraznos, manzanas y bolas de queso palmito. A la derecha, fincas medianas trabajadas por familias que se conocen entre sí. En frente, el centro de Zarcero, donde votar ha sido casi una religión.

Así se llega al pequeño cantón que ocupa el primer lugar histórico en participación electoral en el país, por encima de los 80 restantes. Solo un 18% de los electores zarcereños se ausentaron de las urnas en las elecciones del 2010, día en que el porcentaje de abstencionismo nacional fue 30%.

Lo que ocurrió ese domingo, sin embargo, no es nada nuevo en este cantón alajuelense y lechero

que sirve de puente entre la zona norte del país y el valle Central.

En los años 80 y 90, el ausentismo electoral aquí era de menos del 10%. Incluso después, cuando en el país se instauró un abstencionismo de más de 30%, Zarcero con sus siete distritos se mantuvo siempre en menos del 20%, según los registros del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

Así llega el cantón a esta campaña, aunque en sus calles Zarcero muestra tanta apatía electoral como en el resto del país. Este viernes apenas vimos un carro y una edificio con una valla de Frente Amplio, además de una calcomanía pegada en un poste de electricidad.

“Ya nadie pega banderas, aunque yo creo que no las necesita uno para saber con quién va la gente aquí, o si va a votar o si no. Todo el mundo se conoce y son pocos los secretos”, contó sentado en su oficina de abogado el dirigente liberacionista Javier Alfaro.

Con él coinciden líderes de distinto color político en este cantón conservador, sin casas en condominio, donde es fuerte el poder de las asociaciones de desarrollo comunal y de las cooperativas.

A diferencia de los cantones de la zona sur del país , donde hay grandes extensiones de tierra con altos niveles de pobreza y limitadas vías de comunicación, Zarcero parece el paraíso para quienes trabajan en reducir el abstencionismo.

Vida de pueblo. Sus siete distritos (155 kilómetros cuadrados) están cercanos entre sí y poblados por solo 12.000 habitantes censados, de los cuales 8.490 están empadronados para votar este 2 de febrero.

El cantón tiene un Índice de Desarrollo Humano que lo ubica a mitad de la tabla en los cantones del país, con el puesto 63, según la medición de calidad de vida de Naciones Unidas, en el 2012.

Sin embargo, el índice de pobreza humana cantonal ubicaba en el 2009 a Zarcero en la tercera mejor posición entre los 81 del país.

Aparte de estos indicadores, los testimonios hablan de una población de aceptable nivel de vida. Algunos todavía dejan el carro sin seguro en el centro o salen de la casa sin pasarle la doble llave, contó Ulises Valenciano, hijo de Joaquín Valenciano, otro de los dirigentes políticos tradicionales del cantón.

La cantidad de delitos registrados en el 2011 fue de solo 9, para una tasa de 73 por cada 100.000 habitantes, mientras la tasa nacional es del doble. Esto lo sitúa en el puesto 12 entre los 81 cantones del país.

“No sé si tiene que ver con política, pero aquí nos conocemos y sabemos hasta quién anda en malos pasos”, contó este viernes Ulises a un lado de la plaza de fútbol del distrito de Laguna, donde más de 15 niños jugaban sin vigilancia de adultos.

Ulises vive en Laguna, llega en minutos al centro de Zarcero y tiene la finca familiar muy cerca, en el distrito de Tapesco. Tiene dos empleados, también del pueblo, para manejar las 60 vacas y producir la leche que él, como tantos aquí, vende a la cooperativa Dos Pinos.

Son más de mil productores de leche, calculó Marvin Valenciano, abogado al tanto de negocios inmobiliarios en el cantón de Zarcero, donde uno de cada 20 habitantes es patrono de uno o más empleados, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El arraigo. Hay algunas fincas grandes, pero no latifundios, subrayó Carlos Solís Blanco, un exregidor municipal y asesor legislativo del partido provincial Acción Laborista Agrícola (PALA).

Es primo y opositor del alcalde Alejandro Salas, fue gerente de la cooperativa agrícola del cantón y director de la cooperativa de electrificación cantonal llamada aún Coope Alfaro Ruiz.

“Hay mucha estructura de cooperativas: la agrícola (Coopagrimar), la lechera (Las Brisas), de ahorro y crédito y la de electrificación, que ha crecido a asuntos de infocomunicación. Se le da Internet gratis a las escuelas y colegios”, contó Solís, seguidor discreto del Partido Acción Ciudadana (PAC), vecino del centro y dueño de dos parcelas sembradas de duraznos.

“Ha habido mucho arraigo por este cantón. La gente se va poco y no vende fácil. Somos un cantón pequeño con buena distribución de la tierra y bien comunicado. Hay calles para llegar a todo lado”, agregó Solís, consciente de que estas condiciones facilitan las estructuras políticas e incluso el acarreo de votantes en las jornadas electorales.

Con él coincide el politólogo Stefan Gómez, miembro del proyecto Estado de la Nación. “La teoría no determina por qué la gente vota o por qué no vota, pero hay factores que inciden, como ser un cantón pequeño y con buen nivel de educación”, comentó.

Además, la encuesta de la firma Unimer publicada en setiembre pasado mostró una relación entre nivel educativo y participación electoral: a menos educación formal, más probabilidad de abstenerse.

Aquí hay una tasa de alfabetización del 97,7%, según el censo del 2011. Hay 14 escuelas y cuatro colegios, el último de ellos abierto en el 2006 en Laguna, en un terreno que vendió un hermano de Ulises.

“Aquí la tierra es cara, pero productiva. Quizá por eso nos hemos quedado mucho con el agro y no hemos explotado otras cosas, como el turismo”, se planteó.

Zarcero es zona de paso; solo hay un hotel y algunas cabañas. El restaurante de Cecilia Rodríguez (Rancho de Ceci) es uno de los pocos puntos para el turismo, además del famoso parque central con sus árboles de ciprés moldeados.

Ceci, como la conocen aquí, también sabe por dónde van las simpatías políticas a su alrededor: “Ya no se ven banderas, pero yo sé con quién van en esa casa y en esa otra. Estos de allá dicen que no votan, pero va a ver que al final se entusiasman. Uno los conoce bien”.