Trabajadores voluntarios, listos en las trincheras

Voluntarios velan por alimentación, transportes y llevan a electores a las urnas

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Sus luchas están en las calles, sin horario fijo ni paga. Agitan banderas, se ponen la camiseta y con los pitos de los carros hacen de este domingo una fiesta electoral.

Su trinchera es el voluntariado político, que nace del convencimiento de que su candidato es el más apto para llevar las riendas del país los próximos cuatro años.

Su jornada se inicia a las 4 a. m. con banderas que llevan de una mesa de votación a otra, con volantes que van de mano en mano y con llamadas telefónicas para que no falte transporte ni alimentación.

“La motivación está al tope. Soy militante activa desde que tengo 18 años y este domingo estaré apoyando al equipo y coordinando para que no falte nada en las mesas de votación”, dijo Francis Solano, voluntaria de Liberación Nacional.

Les importa muy poco que los llamen “pega banderas”. Los colores de su partido forman parte de su identidad y su lucha cesa hasta que reciban los resultados.

“Lo que más me gusta son las visitas casa a casa, ver a la gente a los ojos y proponerle nuestro plan de gobierno. Este es un día muy bonito en el que se palpa la coordinación de todo el partido. En mi familia nadie es político. Yo toqué la puerta en el PAC y me abrieron”, dijo Leonardo Obando, de Acción Ciudadana.

En la lucha. Para algunos de ellos, su lucha no muere con las elecciones. Siguen con el partido, asisten a manifestaciones y levantan pancartas y consignas sobre el asfalto.

“Luché contra la minería, contra las concesiones, contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Estamos preparados para una segunda ronda”, dijo Edisson Valverde, del Frente Amplio.

La tradición también lleva el espíritu de colaborar sin recibir nada a cambio. Ese es el caso de Victoria Guardia, una socialcristiana de hueso colorado que articula fuerzas en su partido.

“Me encanta una política con ideales y que piense en la gente que más necesita. Uno trabaja por el partido porque cree en el candidato y sabe que él hará de Costa Rica un mejor lugar durante los próximos cuatros años”, dijo Guardia, seguidora del PUSC.

Los únicos colaboradores que recibirán retribución económica este domingo son los encargados de mesas de votación, a los que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) pagará ¢40.000.

Este domingo, cada partido tendrá sus redes de colaboradores que donarán tiempo, gasolina, comida y música para calentar el ambiente electoral del país.

Cada uno de estos activistas políticos asegura que para ser colaborador de un partido, no se ocupa ser millonario, sino trabajar con ánimo para articular una red de fuerzas que mueva gente en las calles.

“Es la forma de hacer patria. Uno no puede quedarse en la casa criticando. La idea es aportar un granito de arena porque es muy sencillo criticar cuando uno no hace”, dijo la liberacionista Solano.

En su ánimo de voluntariado, buscan que familiares y amigos se contagien de su partido y levanten sus mismas banderas.

Por las venas. Estos cinco voluntarios empezaron su trecho político desde muy jóvenes. John Fonseca, militante del Movimiento Libertario, empezó a sentir el gusto por la política desde que estaba en la escuela y participaba en el tribunal de elecciones.

“Mis padres apoyan a otros partidos políticos, pero recuerdo que, desde muy niño, me llevaban a las plazas públicas. Ahora tengo 25 años y mi labor en el partido es motivar, coordinar el transporte, poner el carro para que amigos, vecinos y familiares vayan a votar”, destacó Fonseca.

Los cinco voluntarios coinciden en que la respuesta de este domingo no está en el abstencionismo e invitan a que los indecisos se acerquen a sus toldos informativos y conozcan su plan de gobierno.

“La apatía tiene dos caras. Por un lado, la gente que no se involucra porque no conoce a nadie en los partidos con el que se sienta identificado y, segundo, porque la crítica es mucho más fácil”, añadió.

Al levantar su bandera, cada uno tiene motivos para apoyar al candidato de su agrado.

“Lo más importantes es que la gente esté consciente de que, con quedarse en la casa, no ganan nada. Esto es una fiesta cívica en la que vale la pena participar de forma activa”, comentó Guardia.

A partir de las 6 p. m., cada uno esperará, con ansias, los resultados en sus comandos de campaña. Abrigan la esperanza de que su candidato sea el próximo presidente de la República.