Seis impactos que tendría la reforma fiscal sin que Hacienda cobre un solo impuesto nuevo

La aprobación en segundo debate del proyecto reduciría la presión en las tasas de interés y el precio del dólar

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El aval que dio la Sala Constitucional este viernes al proyecto de reforma fiscal podría traer aires de confianza al mercado financiero, el mismo al que recurre el Ministerio de Hacienda cada semana para conseguir recursos para el pago de la deuda y de los gastos corrientes.

La imagen del presidente de la República, Carlos Alvarado, abrazando a la ministra de Hacienda Rocío Aguilar, tras la decisión de los magistrados, refleja, en parte, tiempos de mayor tranquilidad para el Poder Ejecutivo, que se ha visto presionado por altas tasas de interés en el mercado, dificultad para colocar deuda y un aumento en el tipo de cambio del dólar.

El Banco Central estima que esta reforma reduciría el déficit fiscal en alrededor de 3,7% del producto interno bruto (PIB) para el año 2022, además de estabilizar la deuda del Gobierno Central.

Pero mientras eso ocurre, y si la reforma fiscal supera el segundo debate en el Congreso, tendría algunos efectos, incluso antes de que entre en vigencia el impuesto de valor agregado y los cambios en el impuesto de la renta que propone este proyecto.

El presidente ejecutivo del Banco Central, Rodrigo Cubero, indicó en un comunicado de prensa que esta reforma "ayudará a restablecer la confianza en la economía costarricense y a reducir las presiones que hemos observado en meses recientes sobre las tasas de interés y sobre el tipo de cambio”.

La ministra de Hacienda concuerda en que en los próximos meses, el país tendría estos efectos inmediatos:

Como Hacienda está compitiendo en el mercado local por recursos para hacer frente a los pagos, las tasas de interés que vienen cobrando los inversionistas en los últimos meses son cada vez más altas; de hasta 13%. Sin embargo, la aprobación de la reforma fiscal daría más confianza a los inversionistas para que puedan invertir en Hacienda a una menor tasa de interés y a plazos mayores.

La probabilidad de que se apruebe la reforma fiscal y que con ello el Gobierno Central pueda mejorar sus finanzas, disipa el temor de alcanzar una mayor crisis. En las últimas semanas, el Banco Central detectó una tendencia de dolarización de ahorros que aumentó la demanda y encareció el dólar frente al colón.

En un mayor clima de confianza, esa tendencia se reduciría; sin embargo, ante las obligaciones en dólares que podría tener el país, Hacienda seguirá demandando grandes cantidades en esta moneda.

Aguilar reconoció que a partir del aval de la Sala Constitucional, al Ministerio de Hacienda se le facilitaría la colocación de deuda para pagar aguinaldos para lo que se requieren ¢165.000 millones.

Este monto es adicional a los ¢500.000 que tiene que buscar el Gobierno Central para pagar las letras del tesoro al Banco Central, el próximo 26 de diciembre. En términos generales, la confianza de los inversionistas hace más fácil la tarea de conseguir recursos.

Están en proceso de análisis y, según la ministra, entre diciembre y enero habría información sobre la evaluación que realizan, “pero va a ser muy diferente con esta información de la Sala”, dijo Aguilar.

En los primeros tres meses después de aprobada la reforma fiscal, Hacienda podría recaudar unos ¢170.000 millones de contribuyentes que podrían recibir un rebajo en las multas e intereses por morosidad, si ponen al día sus tributos. Este ´perdón' se daría una única vez.

Rocío Aguilar adelantó que para pagar la deuda y cumplir con el gasto corriente, pedirán a los diputados autorización para poder acceder a préstamos de apoyo presupuestario con organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Estos permiten un endeudamiento con tasas de interés favorables y a mayores plazos. Además, la próxima semana el Gobierno impulsará en el Congreso la colocación de ‘eurobonos’ en el exterior por $6.000 millones que traerían los mismos beneficios.

La ministra destacó que una vez que entre en vigencia el IVA, seis meses después de la aprobación de la reforma fiscal, además de los ingresos por ese tributo, el Ministerio de Hacienda tendrá mayor trazabilidad para impedir la evasión fiscal en algunos actores que antes estaban fuera del esquema tributario.

Si la reforma quedara en firme antes de que se finalice el año, otro cambio previsto es la definición de año tributario que hoy es del 1.° de octubre al 30 de setiembre, para ser del 1.° de enero al 31 de diciembre.

Se prevé que la reforma fiscal genere en 2019 un 0,57% del producto interno bruto; para ese año se proyecta un déficit de 7,9%.

Precisamente, ante la baja expectativa de recaudación en comparación con el déficit, los empresarios hicieron un llamado al Gobierno y a los diputados a emprender una agenda que permita reducir el gasto público, incluidas remuneraciones y pensiones, además de la reactivación económica.