‘Costa Rica requiere un pacto fiscal para aliviar costo de vida’, dice representante de PNUD

José Vicente Troya recalcó la necesidad que tiene el país de contar con margen fiscal para atender futuras crisis y recuperar terreno perdido en desarrollo humano

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José Vicente Troya, representante residente del PNUD en Costa Rica, consideró urgente que el país cuente con un margen fiscal que le permita atender el incremento en el costo de la vida, afrontar futuras crisis provocadas por acontecimientos financieros o ambientales y recuperar el terreno perdido en materia de desarrollo humano.

Así lo manifestó con motivo de los resultados del último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que evidencia un retroceso de cuatro años en el país en cuanto a las condiciones de vida de sus habitantes, debido al impacto de la pandemia de covid-19 en territorio nacional.

Troya aseguró que se requiere un pacto fiscal entre sectores que permita identificar soluciones financieras sostenibles y al menor costo para atender futuros impactos no solo en el sistema de salud, sino también a nivel socioeconómico. A continuación un extracto de la conversación con La Nación:

— ¿A qué se debe que Costa Rica no haya logrado progresar en desarrollo humano en los últimos años?

— Lo más importante tiene que ver con el último bienio. Hay un tema central en términos de disminución de esperanza de vida producto de la pandemia. Eso tiene un impacto en las tasas de mortalidad e incide en que el indicador no exhiba el progreso esperado.

“La pandemia implica estancamientos y retrocesos a nivel de varios países, entre ellos Costa Rica. Es un elemento de preocupación, porque inmediatamente a lo que nos lleva a pensar es sobre cuáles son las bases con que cuenta un país, en este caso Costa Rica, para enfrentar los embates de enfermedades zoonóticas que revisten un carácter de impactos multidimensionales”

“Hablamos no solamente de impactos a nivel de sistema de salud, sino también socioeconómicos y que tienen que ver con la capacidad de respuesta; sobre cómo está su sistema de protección social para enfrentar crisis, cómo está su caja fiscal para enfrentar eso y cuál es el grado de inversión que puede tener un país para reponerse.

“Hay un cierto rebote en la economía en el caso de Costa Rica, pero ese rebote simplemente es algo que ocurre luego de haber estado en el precipicio, en el abismo; entonces no es un crecimiento real”.

— El informe expone un panorama incierto y hasta algo sombrío a nivel mundial, con presiones que incluso pueden amenazar las democracias.

— Es un futuro bastante incierto, pero que requiere reconocer que hay nuevos peligros y amenazas que no vienen solos, vienen acompañados, retroalimentados. Estamos hablando de crisis con esteroides en el caso del mundo, todo multiplicado. Fenómenos naturales que tradicionalmente impactaban, ahora son al cuadrado o al triple esos impactos. Tenemos que reconocer qué tan preparados estamos para esta nueva generación de amenazas.

“Las personas tienen menor afiliación en democracia en la región y en el mundo; eso desafortunadamente viene dado por la pérdida de confianza en las personas.

“Es por eso que países como Costa Rica, con una larga tradición democrática, por más que la democracia esté considerada frágil, tiene ciertos cimientos que deben ser recuperados para la acción colectiva. Entender cómo construimos acuerdos, cómo identificamos la manera en que las crisis impactan diferenciadamente en hombres y mujeres, sector rural, poblaciones indígenas, pueblos afros, personas con discapacidad, grupos colectivos y otros; es decir, no solamente en términos de identificar los impactos, sino también en propiciar nuevos liderazgos.

“La desconfianza genera fractura del tejido social y eso es muy preocupante, porque cuando ocurre existe la tentación en los ciudadanos de apostar por liderazgos autoritarios que no están construyendo diálogo ni consensos. Eso es central para poder recuperarnos de esta incertidumbre.

“La narrativa es sombría, pero una narrativa sombría es importante para reconocer las condiciones de partida. Es importante también construir esperanza identificando de qué manera están impactando las distintas crisis diferenciadamente en las poblaciones”.

— ¿Considera usted que Costa Rica se encuentra en ese momento donde el tejido social está tan dañado que pone en riesgo su democracia?

— Hay que observarlo con ciertos matices, porque hay paradojas. Podríamos considerar que la población que cree en los extremos es relativamente minoritaria. Hablemos de que son un 10% que creen en soluciones de extrema derecha y otro 10% que cree en soluciones de extrema izquierda, con soluciones antidemocráticas o poco democráticas. En cambio, el otro 80% restante es gente que está convencida de los valores de la democracia, los valores del diálogo, de los valores de construir consensos.

“Y sin embargo, al momento que llegan las elecciones terminan triunfando aquellas opciones que son más populistas. No me refiero específicamente a que en Costa Rica esté ejerciendo un populismo, pero, en general, en términos globales aquellas propuestas que no tienen un carácter integral para resolver crisis, que son muy simplificadas, son las que están prosperando en escenarios electorales.

“Por eso es fundamental reconstruir tejido social. Yo creo que Costa Rica tiene la madurez en sus instituciones como para resistir y como para retomar esta posibilidad de construir un diálogo. Lo esencial es poder habilitar la emergencia de nuevos liderazgos en diversos sectores sociales”.

— Costa Rica ha demostrado tener problemas con la formación de nuevos líderes, especialmente aquellos que ocupan puestos políticos como en las municipalidades o en la Asamblea Legislativa. Hay políticos que perduran en el poder durante años.

— La necesidad de la alternancia en el poder es uno de los pilares de la democracia. Si bien trasciende el Poder Ejecutivo, que cambia cada cuatro años, eso no tiene su correlato necesariamente a nivel de gobiernos locales o en algunos casos en la Asamblea Legislativa.

“Eso no solo es un problema de alternancia, sino también de participación política de las mujeres, que está sumamente restringida a nivel de los gobiernos locales.

“El invisibilizar los procesos de liderazgo de las mujeres, el impedir su acceso a los procesos de toma de decisiones es un elemento que genera un retroceso en las oportunidades que un país debe tener para construir un mejor futuro”.

— Medios de comunicación y organizaciones internacionales han comenzado a llamar la atención sobre el trato del presidente de la República con medios de comunicación críticos, ¿estima PNUD que existe algún riesgo democrático en ese sentido?

— Mire… yo creo que es importantísimo el respeto a la prensa y esa es una de las libertades que tiene que estar presente en el ejercicio de la democracia. Entiendo que hay algunos episodios que, efectivamente, pueden haber sido considerados como preocupantes respecto a la relación con los medios de comunicación.

“Lo que valdría la pena es verificar si eso es una constante o una tendencia generalizada. En cuanto a expresar nuestra rotunda preocupación al respecto, creo que todavía no hemos llegado a un momento como para requerir un pronunciamiento. Creo que todavía debemos dar un compás de espera para ver cómo van evolucionando los distintos indicadores de la democracia.

“Nos preocupa, por supuesto, que los indicadores de la democracia y de la agenda de derecho sigan siendo prioridades de los gobiernos, en la medida en que son un reflejo de la Agenda 2030, que está basada en los derechos y nuestra tarea es impulsar esos avances”.

— ¿Identifica puntualmente PNUD que Costa Rica debe resolver urgentemente sus problemas fiscales con el propósito de tener más margen para afrontar futuras crisis?

Definitivamente. Aquí se requiere una suerte de pacto fiscal. En torno a este y otros temas deben haber acuerdos nacionales.

— ¿De qué manera reconocemos los costarricenses y la comunidad internacional cuál es el tipo de vulnerabilidad y de precariedad que está enfrentando Costa Rica producto de estas crisis que ponen en aprietos la caja fiscal?

Eso requiere acuerdos intersectoriales para identificar soluciones financieras que sean sostenibles, que sean las de menor costo. La comunidad internacional debe tomar debida nota, para hallar condiciones más favorables para la deuda externa.

“Costa Rica, igual que países de ingreso medio alto y otras naciones de ingreso alto, ha sido impactada ferozmente por la pandemia y a ratos se crea esa ilusión de que al formar parte de estos grupos de países de ingreso alto o medio alto no requiere apoyos de alivio de deuda.

“Pero aquí hay que reconocer que el animal es tan grande que debe reconsiderarse la posibilidad de reestructuración de pagos, de alivio de deuda. Eso debe pasar por la introducción de soluciones financieras innovadoras.

“El otro día escuchábamos que no se quiere aprobar otra ronda de eurobonos que puede tener un costo financiero menor que el que podría existir mediante las líneas financieras vigentes.

“Entonces, es una hora en que el paquete de finanzas para el desarrollo tiene que ser examinado muy de cerca en términos de cuál es el esfuerzo que se requiere para avanzar en la Agenda 2030, añadiendo la carga que significa recuperar todo el retraso que se ha producido en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.