Quince Duncan: ‘María Inés Solís usa a minorías en su danza burlesca y racista’

Escritor afrocostarricense y excomisionado para asuntos de esta población expone por qué las mociones de la diputada del PUSC son una burla para varias comunidades étnicas del país

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Las mociones que la diputada María Inés Solís, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), le presentó a un proyecto de ley de acciones afirmativas, en favor de los afrocostarricenses, no dejan de indignar a representantes y voceros de esta comunidad como a Quince Duncan Moodie.

Es el caso del conocido escritor y excomisionado presidencial para asuntos de los afrodescendientes (2015-2018), quien analizó las propuestas de la socialcristiana y no dudó en decir que María Inés Solís “ha querido usar a las minorías para su danza burlesca y racista”.

El autor de Teoría y práctica del racismo (1984) y de Génesis y evolución del racismo real y doctrinario (2009) expuso, en conversación con La Nación, por qué las propuestas de la congresistas son racistas, además de criticar la reacción de la legisladora frente a su error.

“Cuando uno mete la pata y no encuentra cómo sacarla, es mejor quedarse callado. La diputada María Inés Solís no ha aprendido esa lección. Ahora sale diciendo que la propuesta de (David) Gourzong (diputado afrodescendiente) de una acción afirmativa es discriminatoria y, por tanto, injusta, ya que pretende favorecer a una sola de las minorías discriminadas y que esa es su lucha”, manifestó Duncan.

Solís presentó, una semana atrás, 70 mociones al proyecto 21.499, Ley de acciones afirmativas en favor de la población afrodescendiente, plan que busca reservar un 7% de las plazas vacantes en el sector público para los afrocostarricenses.

La congresista planteó cambiar el proyecto para que, en vez de afrodescendientes, el proyecto dijera “afrodescendiente, negro”, o bien, numerosas opciones adicionales como “afrodescendientes, refugiados”, o personas desempleadas, personas en condición de pobreza extrema, chinos, asiáticos, malekus o personas de la comunidad LGBTIQ.

Incluso, planteó que el texto dijera “afrodescendientes, hindúes”, aunque el hinduismo es una religión, no una etnia.

Quince Duncan aseguró que le indigna el “oportunismo de la diputada cuando dice que está defendiendo a otras minorías que han sufrido discriminación”.

“El problema es que a dicha diputada, en todo este tiempo en la Asamblea, no la hemos visto presentar ni un solo proyecto a favor de los grupos que dice defender. Ha tenido tres años para proponer alguna legislación a favor de los maleku y, lejos de eso, ha querido usarlos para su danza burlesca y racista”, enfatizó.

¿Por qué estas mociones son burlescas y racistas?

-Son evidentemente burlescas porque son absurdas, es decir, presenta mociones para beneficiar a un grupo de afrodescendientes hindúes que no existe en el país. Está tomándoles el pelo a sus propios compañeros y compañeras diputadas.

Es racista no solo en cuanto al planteamiento original, sino también en la defensa que ella hace. Uno de los recursos favoritos de los racistas es atribuir al otro el racismo, es decir, usted acusa a una persona de racista y, en vez de discutir por el fondo, la respuesta siempre es: no, no, el racista es usted.

Eso es exactamente lo que hizo la diputada en su afán de defensa. Eso de que utilice grupos étnicos, por ejemplo los maleku, para formar parte de su charanga, a los chinos, etcétera, demuestra más o menos la falta de respeto que tiene para esos diferentes grupos étnicos. Si eso no es racismo, no sé qué es.

Ella hace una acusación a la inversa al diputado David Gourzong.

-Hay una propuesta de acción afirmativa que puede discutirse por el fondo, en el sentido de que es una acción totalmente lógica.

Se debe discutir si se justifica o no. Ahí es donde tendría que estar centrada la discusión. ¿Ocupamos eso para nivelar la cancha o no es necesario? ¿Hay alguna otra forma de lograrlo?

Eso se tendría que discutir, pero efectivamente la reacción de la diputada no solamente pasa por alto esos detalles, sino que demuestra también una ignorancia crasa. Ella dice que está defendiendo a todas las minorías, pero cómo es que estás defendiendo a todas las minorías, pretendiendo que no se favorezca a ninguna.

¿Qué es una acción afirmativa?

-Es aquella disposición para corregir una injusticia histórica. Históricamente, las mujeres no lograban posiciones en el Congreso, muy pocas. Hubo que hacer una cuota para que entren. Eso es una acción afirmativa. En la Convención para la eliminación de toda forma de racismo, se ponen dos condiciones: que efectivamente sea algo razonable y que no sea permanente, sino que una vez que se resuelva el problema, la ley pueda expirar.

La ley se crea para nivelar. Entonces, una acción afirmativa se justifica en esa medida. Le pongo un ejemplo: las mujeres afrodescendientes urbanas, como grupo étnico, son el grupo de mayor preparación académica en Costa Rica. Sin embargo, no consiguen los puestos. Uno se pregunta por qué. Es necesario, durante un tiempo, tomar medidas específicas que permitan que ese grupo se nivele.

Eso no es un invento de Costa Rica, es un convenio internacional. Una vez que se nivele la cancha, si me permite el término coloquial, la ley tendría que expirar.

Mucha discusión se hace sobre un racismo de bulto, evidente, pero en la sociedad costarricense no se habla claro del racismo sistémico o estructural, el que impide mucho ese acceso, bajo otras justificaciones.

-Exactamente. Hace poco, el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UCR hizo un estudio siguiendo a los que tenían que contratar personas para call centers, a quiénes se contrataba. Si yo le pregunto a usted el perfil, me va a decir que debe tener buena voz, buena dicción, capacidad mental para el trabajo, que sepa inglés o el idioma que se le pida.

Sin embargo, durante una cantidad enorme de casos, siempre se nombró a la persona con mayores características europeas, sistemáticamente nombraron a la persona con piel más clarita y ojos más claritos, el pelo más europeo, rubio o así.

Estamos seguros de que esos que hicieron los nombramientos en ningún momento estaban pensando: “Ahora solo voy a nombrar rubios, no voy a meter aquí a ningún cholo”. No lo estaban pensando, porque es tan sistemático el esquema que se hace automática e inconscientemente, ni siquiera es una acción deliberada. Eso quiere decir que es algo sistémico, está metido en nuestra forma de pensar y de actuar.

Nadie lo pone en duda, dicen que siempre se ha hecho así, que siempre ha sido así.

Cuando a alguien se le ocurre tratar de señalar que existe ese racismo, que está en lo que sea, el sistema reacciona furibundamente.

Lo hemos visto en la penúltima discusión sobre Cocorí. Ya en la última hubo más voces diferenciadas, ya no éramos solo los afrodescendientes contra el mundo, pero sí se ve que un señor exdiputado se dio el tupé de calificarme de “nazi”. Es increíble.

Sobre el uso del término negro. El contexto que se le dé a una palabra determina mucho si se hace de forma negativa o positiva. El uso per se del término no indicaría que sea racista, sino la carga que se le esté dando.

-Hay dos, tres usos en general. Un uso en el español de la palabra negro, por lo menos en América Latina, se usa mucho la palabra negro, negrito como cariño. La mamá le dice a su hijo rubio, negrito. Eso se ve mucho. Hay un segundo uso que se usa para insultar. Normalmente, se usa en sentido muy peyorativo.

También hay un uso que tiene su carga histórica y es el que nosotros queremos combatir. Si usted revisa cualquier documento de la época colonial y ve lo que un señor vende, es: 6 mulas, 18 cabras, 25 negros. Es una palabra cargada de un racismo que viene de la colonia.

De hecho, se asocia la maldad con la palabra negro. Pero en la Biblia, la única vez en que se asocia la maldad con un color, está en Isaías y dice: “aunque tus pecados fuesen rojos” o “aunque tus pecados fuesen carmesí”, es decir, el rojo es el color que se usa en la Biblia.

En ninguna parte de la Biblia habla de pecados negros, y eso es lo que uno escucha desde los púlpitos, pastores y sacerdotes.

En el año 2000, tomamos conciencia de dos cosas: lo primero es que hay gente “negra” (así, entre comillas), que no son negros, hay gente que pertenece a la cultura y tienen la herencia, pero por diferentes mestizajes perdieron el pigmento, la melanina.

Entonces, un grupo de Uruguay nos dijo: “Cuando ustedes insisten en usar el término negro, nos sentimos discriminados, siendo parte, no queremos que nos excluyan”. Fue cuando se decidió por la palabra afrodescendiente.

Lo segundo es que, como el negro igual que el blanco, igual que indio, son términos coloniales, desarrollados a partir de una visión racista del mundo, pues yo creo que lo mínimo que puede hacer la comunidad en general es respetar cuando una comunidad específica, en este caso la población negra, solicita que se le diga afrodescendiente, así como los indígenas han insistido en que no son indios, sino pueblos originarios. Si alguien quiere seguir llamándose negro, no hay ningún problema. El término académicamente correcto es afrodescendiente. Yo creo que dentro de una generación ese término ya no seguirá usándose.