Nuevo procurador de la Ética: ‘Seré incómodo’

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El abogado herediano, de 58 años, Rónald Víquez, es el nuevo director de la oficina encargada de prevenir y perseguir los actos de corrupción en la función pública.

Con 38 años de trabajar en la Procuraduría General de la República, este jurista tiene 10 años de estar ligado a la Procuraduría de la Ética, oficina que ahora dirigirá y desde donde ha asumido casos sonados como Caja-Fischel, Crucitas y la trocha fronteriza. Víquez asumió el cargo de manera formal el 16 de marzo, tras ser ascendido, luego de que el anterior director, Gílberth Calderón, se acogiera a su jubilación, en diciembre pasado.

El nombramiento de Víquez no estuvo exento de polémica. En los primeros días de enero, su designación fue objeto de conversación entre el exviceministro de la Presidencia Daniel Soley y la procuradora general de la República, Ana Lorena Brenes.

Mientras ambos tomaban café, la procuradora sintió que se generaron presiones desde el Poder Ejecutivo para que no se nombrara a Víquez. Días después, Brenes diría, en una comparecencia ante el Congreso, que ella sentía que no lo querían porque es “incómodo”, en vista de su independencia de criterio.

Durante una conversación con este diario, Víquez habló de su visión de la Procuraduría, de la corrupción en la función pública y desde ahora advierte de que será incómodo ante cualquier acto que riña con los intereses generales de los ciudadanos.

¿Qué opina del hecho de que la procuradora Ana Lorena Brenes comentara todo lo sucedido con el exviceministro de la Presidencia Daniel Soley?

Me parece inconveniente abrir el espacio (a concurso) cuando dentro de la institución hay gente calificada para ascender. Me parece que la Procuraduría de la Ética, y la Procuraduría en general, debe estar blindada de influencias políticas.

¿Usted es evangélico, católico, musulmán?

Soy católico.

¿Cree que sus creencias religiosas pueden incidir en sus valoraciones éticas y morales sobre los casos que pueda tomar?

He tratado de mantener una situación objetiva. Usted menciona un elemento importante: “valoración”. Todos los seres humanos valoramos las cosas, según nuestras experiencias. Las experiencias se van forjando de acuerdo a la crianza y las costumbres bajo las cuales nos desarrollamos. Todos tenemos juicios de valor inculcados por nuestros padres o nuestro entorno. Ahora, hay conceptos jurídicos indeterminados que necesitan de un contenido interpretativo. La experiencia, que es una forma de valoración de la prueba, permite utilizar la experiencia y las posiciones doctrinales, para que el juicio de valor sea lo más acertado. Obviamente, todo tiene un juicio de valor. Todas las experiencias influyen en el tipo de “valor”.

¿Debería ser más estrecha la relación entre la Procuraduría y el Gobierno?

Me pregunta usted un aspecto que no es técnico. Siempre he sido un funcionario técnico. Yo, el balance, el costo político, las relaciones entre instituciones, no es algo que maneje. Siempre me he desempeñado en el campo técnico. Sí me parece importante que cualquier gobierno debe tener una relación estrecha con las instituciones que forman el engranaje de la Administración.

¿Usted tiene alguna afinidad política expresa?

No.

¿Trabaja sin presiones?

Tengo más de 30 años de estar aquí, y he visto los gobiernos de Liberación, la Unidad, Carazo, ahora el PAC. Nosotros somos abogados del Estado, no del gobierno de turno.

¿Usted es primo del exdiputado del PLN, Víctor Hugo Víquez?

Sí, soy primo.

¿No hay influencia de su familia en su trabajo?

La familia mía es muy grande, y hay muchos intereses. Víctor Hugo (Víquez) está involucrado en un partido, pero él con sus intereses y yo con lo mío. Le he dicho que no hay que mezclar intereses familiares con el trabajo.

La Procuraduría de la Ética persigue y trata de evitar la corrupción. ¿Hay capacidad para hacerle frente a esto?

Aquí entran causas todos los días. Yo no le puedo decir que tengo una causa, le puedo decir que mi circulante en asuntos penales sobrepasa los mil asuntos.

¿Qué tema tiene ahora sobre el escritorio?

Estamos preparando la apelación de la sentencia del caso Crucitas. En ese caso, se fija responsabilidad al exministro Roberto Dobles, hubo hechos en los que el Tribunal dictó una absolutoria.

¿Revisó usted la participación del expresidente Óscar Arias?

Lo que el fiscal hizo en torno a Óscar Arias fue desestimar la causa, en el momento en que aparezca prueba que lo vincule, podría reabrir la causa, por lo mismo no debería referirme a eso.

¿Ese mote de “procurador incómodo” lo va a hacer a usted incisivo en la intención de fortalecer la Procuraduría de la Ética?

Habría que determinar qué consideramos qué es incómodo. Si ser incómodo es no ser complaciente con políticas que no son acordes con las funciones encomendadas, entonces, seré incómodo toda la vida. En ese sentido, más bien es un reconocimiento, en vez de una crítica. Si ese reconocimiento, de alguna forma, podría llevar algún mensaje a la ciudadanía de que todavía existimos profesionales que nos apegamos al marco legal y anteponemos los intereses generales a los privados, pues bienvenido el mote. En cuanto a ser confrontativo, yo trato de armonizar, pero la naturaleza del cargo es confrontativa y lo vamos a seguir haciendo. En el momento en que considere que no tengo la fuerza o la convicción, entonces habrá llegado el momento de retirarme, antes no, moriré con las botas puestas.