El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, adelantó un día su viaje a Cuba para estar en suelo nacional el miércoles 16 de diciembre, día en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dará a conocer la sentencia final sobre litigios con Nicaragua por isla Calero y la trocha fronteriza.
Solís ahora irá a La Habana el 13 y regresará al país el 15 de diciembre en la noche, para esa visita utilizará una avioneta de la Fuerza Pública.
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Según el mandatario, el gobierno de Raúl Castro estuvo anuente a variar las fechas, dada la trascendencia del fallo.
Con respecto a la decisión que comunicarán los jueces del alto tribunal en La Haya, Holanda, Solís afirmó que Costa Rica la respetará y la acatará, independientemente del resultado, aunque considera que la misma será favorable para los intereses del país.
"La actitud que tenemos es absolutamente positiva, no hay la menor duda, es decir, nosotros creemos que Costa Rica ha hecho el trabajo que tenía que hacer, que los argumentos han sido absolutamente contundentes, claros y sólidos", expresó el gobernante la mañana de este viernes en una improvisada conferencia de prensa en Casa Presidencial.
En la cita que sostendrá con su homólogo cubano, además de las relaciones entre ambos países, Solís dialogará sobre la situación de los miles de migrantes de esa isla que se encuentran varados en la frontera norte, dada la negativa de Nicaragua de permitir el paso por su territorio para que continúen su travesía hacia los Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente considera que todavía es "factible" que se encuentre una salida a esta situación migratoria, antes de que se realice el encuentro con Castro.
Solís centra sus esperanzas en Belice. Espera que esa nación permita el arribo de los isleños por avión desde Costa Rica, debido a la negativa expresada por el gobierno de Guatemala para facilitar el tránsito de los cubanos por su territorio.
Respecto de la decisión de Guatemala, el mandatario negó que se tratara de una acción contra Costa Rica, sino que hay algunos países de Centroamericana que cuestionan las políticas migratorias de Estados Unidos.
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Solís explicó que, por un lado, esa nación norteamericana permite el acceso irrestricto de personas de esa nacionalidad, mediante la ley de Ajuste Cubano, al tiempo que cierra sus fronteras a los centroamericanos.
"Ese problema de una diferencia tan marcada entre unos y otros es lo que genera al interior de algunos países una gran presión política para que no los dejen pasar", agregó el presidente.
Los migrantes cubanos que se encuentran en el país, desde hace casi un mes, pretenden acogerse a la Ley de Ajuste Cubano que también se denomina "pies secos, pies mojados", vigente desde 1966.
Dicha norma establece que, con con solo llegar a la frontera México-Estados Unidos, y poner un pie en este último país, los cubanos deben ser aceptados.