¿La prioridad para lo que queda? Bajar la pobreza, dicen los ticos

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¿Cuál debería ser la prioridad del gobierno de Laura Chinchilla para el año que le queda? En criterio de la gente, lo principal es disminuir la pobreza.

Esa fue la opción más señalada por la ciudadanía en la más reciente encuesta de Unimer para La Nación , dentro de un grupo de 13 opciones.

El 21% del público encomendó a la presidenta Chinchilla la reducción de la pobreza como su principal prioridad.

En segundo lugar, el 14% urgió a la mandataria a combatir la corrupción, mientras que, en tercer puesto, el 10% dijo que la tarea prioritaria es combatir la inseguridad ciudadana.

Luego de estos tres temas, aparecen otros, como combatir el narcotráfico, hacer obra pública y disminuir la desigualdad, así como promover la estabilidad económica y apoyar el crecimiento de la economía.

En el último grupo de prioridades para los meses que le quedan a este gobierno, el público colocó mejorar el sistema de salud, mejorar el sistema de educación, recaudar bien los impuestos, cuidar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida.

Unimer también consultó a la gente qué nota le daban hasta ahora al Gobierno en estas 13 áreas y en todas, la administración reprobó.

Una preocupación rural. En cuanto a la prioridad que más preocupa a la gente, la reducción de la pobreza, esta tiene la particularidad de que es más rural que urbana.

Entre los habitantes de las zonas rurales del país, casi el 30% dijo que esa debería ser la mayor encomienda del Gobierno.

En cambio, el porcentaje baja a un 17% en la Gran Área Metropolitana (GAM), donde vive la mitad de la población del país.

Incluso el tema también es más preocupante en las zonas urbanas ubicadas fuera de la GAM, como San Isidro de El General, Ciudad Quesada y San Ramón, aunque no con tanta intensidad como sí ocurre en las zonas rurales del país.

Por edad, también sobresale que la necesidad de construir obra pública, como carreteras, puentes y escuelas, es una preocupación más predominante entre la población joven, la que va de los 18 a los 29 años.

En cambio, la prioridad vinculada a la necesidad de mejorar el sistema de salud es mucho mayor para las personas que ya superan los 50 años.