La Iglesia católica recibió a Luis Guillermo Solís sin reproches

Obispo bendijo al mandatario sin criticar el izamiento de bandera de diversidad

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La Iglesia católica recibió ayer la visita del presidente Luis Guillermo Solís, en la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago, sin hacerle ningún reproche.

Solís salió con la bendición del obispo cartaginés, José Francisco Ulloa, dos días después de izar la bandera de la diversidad sexual en la Casa Presidencial.

El mandatario asistió a la misa de los peregrinos, al mediodía, junto con su compañera, Mercedes Peñas; del vicepresidente, Helio Fallas, y del ministro de Trabajo, Víctor Morales Mora.

La basílica estaba abarrotada y, si bien Solís fue recibido con efusión, en las afueras se escucharon comentarios aislados de molestia. “¿Cómo va a poner esa bandera ese presidente?”, dijo un hombre.

Pero, el gobernante fue recibido con los brazos abiertos por el clero. En su homilía, el obispo pidió a Dios que el mandatario realice “el cambio que todos anhelamos”, en pro de una Costa Rica más inclusiva, más justa, más solidaria, sin violencia y llena de principios éticos.

Afirmó, además, que el presidente asistió a encomendar sus cuatro años de servicio a Dios y a la Virgen de los Ángeles.

Ulloa no se refirió al hecho de que, el viernes, Solís levantara la divisa de la comunidad Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (LGTB), con ocasión del Día Mundial de la Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual.

Sí señaló que la sociedad y la política costarricenses tienen raíces en el catolicismo y que los historiadores no pueden ignorarlo. Añadió que el país tiene “elementos” que debe mantener y ligó esa aspiración con el lema de campaña de Solís: “Con Costa Rica no se juega”.

Luego, Ulloa bendijo al mandatario y pidió a los fieles orar por él y por su equipo de Gobierno.

Tras la eucaristía, de la cual el gobernante no participó, Solís agradeció el recibimiento. Dijo que aprovechó ayer para cumplir una visita pendiente porque su compañera y su hija saldrán del país.

“Creo que siempre es necesario poner en oración a Costa Rica y les ruego seguir poniendo en oración al Gobierno de la República (...). Pido al Altísimo, al Señor de los Ejércitos, al Señor que Bendice y que Salva, que me haga recordar siempre que los primeros seremos los últimos y que los últimos serán los primeros”, expresó Solís en misa.

Tras la misa, Ulloa dijo que no se refirió a lo del viernes porque respeta las decisiones del presidente y porque no conoce las intenciones que lo motivaron. “Don Luis es católico y hay una relación cordial hasta el momento, y creo que así se va a desarrollar. Ya veremos cuando se presenten estos proyectos, no podemos adelantar criterios”.

Solís, en tanto, dijo que recibió el mensaje del obispo bajo el espíritu de amor y reconciliación de la Iglesia, de la cual él es parte, además de que él asistió con respeto a la devoción por la Virgen.

Sobre el acto del viernes, insistió en que se trató de un tema de derechos humanos. “No hay nada de qué arrepentirme”, insistió.

Al final, la enfermera pensionada Josefa Acuña, de 70 años, dijo estar feliz con la visita de Solís y, sobre la bandera de la diversidad, opinó: “Perfecto... es el cambio”.