Palmares. José María Villalta, candidato presidencial del Frente Amplio, celebró anoche la primera plaza pública de la campaña, al afirmar que se enfrenta con una “mafia” en la contienda electoral.
El frenteamplista escogió Palmares, la tierra de su rival liberacionista, Johnny Araya, para inaugurar sus mítines y lanzó dardos al preguntar si un sonido que escuchaba eran “pericos” llorando.
Villalta restó simbolismo al hecho de haber elegido este cantón para la primera plaza pública (alegó que visitan todos los pueblos del país) y, en su discurso, insistió en que su partido es blanco de una campaña de manipulación.
“Cuando algo se empieza a mover, cuando de pronto se enciende una chispa, ese nuevo amanecer del que hablamos, eso no lo pueden detener con la mentira ni con la violencia, ni con el engaño ni con los millones. Esa es nuestra fortaleza, los votantes del Frente Amplio son los más convencidos según las encuestas. Y eso se debe al trabajo de hormiga. Estamos visitando todos los barrios de este país. Y eso nos permite interactuar, disipar los temores, exponer nuestras propuestas”, expresó el candidato.
“Ahí se rompe ese círculo de la manipulación y vean adónde hemos llegado que todavía uno de cada tres costarricenses no nos conocen y, aun así, estamos disputando los primeros lugares con esa maquinaria monstruosa, con esa mafia, efectivamente, pero a las mafias se les vence dando la cara.
”Las mafias se esconden, hacen las cosas rastreramente; creen que toda la gente tiene precio, o amenazan, manipulan, quiebran brazos. A las mafias se les vence con un pueblo informado y movilizado, con un pueblo activo que cuide hasta el último voto.
”Esas mafias no pueden robarnos nuestros ideales, no pueden cambiar el hecho de que no tenemos rabo que nos majen”, continuó Villalta.
El también diputado sostuvo que los electores ya no se dejan llevar por el clientelismo.
Además, habló de los cuestionamientos sobre la experiencia que tiene del Frente Amplio: “No tenemos experiencia en los chorizos, en la politiquería. Sí tenemos experiencia en las luchas”.
En otros puntos de su discurso, mencionó que hay una peligrosa concentración de la tierra y que, con solo asegurarse de que todos los patronos paguen los salarios mínimos, la pobreza se reduciría en un 30%.
También, hizo énfasis en la juventud. Afirmó que, cuando cayó el Muro de Berlín (1989), él tenía 12 años y estaba más preocupado por si recibiría el Nintendo que esperaba para Navidad, pero que ahora los jóvenes despiertan al ver el Estado deteriorado que recibe.