Lorenzo Córdova Vianello, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) de México, es enfático: las democracias del mundo están enfrentando uno de sus peores momentos, y en América Latina cada vez hay más ejemplos de cómo el orden puede irse erosionando, hasta perderse por completo.
En Nicaragua y Venezuela, afirma el jerarca electoral, ya no quedan vestigios de democracia. El Salvador camina por terreno peligroso, con las intenciones de Nayib Bukele de reelegirse, pese a que la Constitución se lo prohíbe. Brasil, recientemente, experimentó las dudas que quiso sembrar Jair Bolsonaro sobre la solidez del tribunal electoral. En México, el país natal de Córdova, el presidente Andrés Manuel López Obrador promueve una reforma que “dinamitaría” al INE.
El asedio a la democracia se observa en un fenómeno de autocratización, es decir, de tendencia a concentrar el poder en el Ejecutivo, eliminar los mecanismos de control y perpetuarse “con una serie de figuras carismáticas que venden ilusiones frente a una sociedad cada vez más encantada por los problemas que enfrentan nuestros países”, según Córdova. Y el libreto incluye capturar a los órganos electorales.
Para el jerarca mexicano, en dicho contexto, Costa Rica todavía representa un fuerte bastión de la democracia. No obstante, incluso aquí, él observa “síntomas de agotamiento” que causan preocupación. En entrevista con La Nación, Córdova Vianello (abogado y politólogo de 50 años que presidente el INE desde 2014) describió las señales de alerta que observa en el país, y aseguró que proteger la estabilidad de esta nación es un deber de toda la región.
El presidente del INE realizó una visita fugaz a San José el lunes 7 de noviembre, cuando su equivalente en Costa Rica, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), lo honró con el premio Cátedra de la Democracia, por sus aportes a dicha área en México y América Latina.
Aquí, Córdova alertó de que ya se está cumpliendo la advertencia que lanzó hace casi una década el investigador argentino Dante Caputo (1943-2018). Él apuntó que durante la primera década del siglo, las democracias de la región gozaron de plena salud, al tiempo que desarrollaban “un juego potencialmente suicida”, pues si los Gobiernos no lograban cumplir sus promesas de reducir la pobreza y la desigualdad, la estabilidad podría perderse. Diez años más tarde, dicha profecía ya se materializa.
“Hay un descontento cada vez más generalizado entre franjas cada vez más amplias de la población, derivado de las promesas incumplidas de la democracia, es decir, de la incapacidad que han tenido los gobiernos democráticamente electos. Eso es un problema de políticas públicas, aunque la democracia es la que paga los platos rotos”, explicó Córdova.
De la mano con el descontento, apuntó el jerarca, comienzan a surgir líderes que encantan a la población con promesas de soluciones fáciles a problemas que son muy complejos.
“Hay personalidades mesiánicas que en elecciones y en contextos tan polarizados pueden aflorar con estos discursos redentores: ‘yo les voy a resolver todos los problemas del país, y es muy sencillo porque yo soy honesto, es muy sencillo porque hay que combatir la corrupción, es muy sencillo porque yo sí sé', así de sencillo”, describió el jerarca del INE.
En el “cóctel explosivo”, Córdova también detecta las noticias falsas y la desinformación, cuya capacidad de causar daño se potencia en las redes sociales; la falta de credibilidad de las instituciones, en particular los Congresos y los partidos políticos; y la polarización, aderezada con altas dosis de intolerancia, que convierte a los rivales políticos en enemigos.
Síntomas preocupantes en Costa Rica
“Empezamos a ver que en un país como Costa Rica están empezando a existir estas señales, y eso debe alertarnos mucho a todos”, dice Córdova.
Uno de los síntomas más preocupantes, según el jerarca, es la intensa división entre los habitantes, la cual ha propiciado el surgimiento de figuras de quienes se desconoce “si tienen un claro compromiso democrático”.
“Cada vez vemos más descalificaciones, más polarización, personajes que antes era increíble que pudieran convertirse en personajes con una mínima viabilidad política, y de repente surgen. Hay fenómenos que uno no pensaría que pudieran ocurrir aquí, que están ocurriendo. Así que la tarea es trabajar para reconstruir esa cultura cívica”, sentenció el jerarca.
Según dijo, hace algunos años, habría resultado impensable ver una descalificación del órgano electoral, el TSE, en países como Costa Rica.
En su criterio, esta es una institución de enorme prestigio social que se traducía en estabilidad y gobernabilidad democrática, y es “una de las autoridades electorales más añejas de la región, y que no ha tenido pausas”.
“Hoy, pues lo vimos, durante la campaña electoral, sí hubo una serie de acusaciones, de eventual parcialidad, de construcción de un contexto de desconfianza y aunque sin lugar dudas Costa Rica está todavía lejos de los niveles de descalificación como los que estamos viviendo en México o los que se vivieron en Brasil durante la campaña reciente, diría que hoy no hay nadie que se salve”, apuntó.
La reconstrucción de la confianza, dijo, es esencial para evitar el avance de las voces que procuran erosionar sin ningún fundamento la confianza de los ciudadanos en el TSE, cuya estabilidad, considera, ha sido clave para la consolidación de la democracia costarricense.
La tarea, aseguró, es una responsabilidad compartida del TSE, las demás instituciones del Estado y cada habitante, e incluso de los demás países de la región.
“Déjame decirlo así: defender la democracia en Costa Rica es una responsabilidad de todos los países latinoamericanos, defender la democracia en México es una responsabilidad de todos los países latinoamericanos. Nuestras democracias, si bien son producto de nuestras propias evoluciones y de nuestras respectivas sociedades, también son un patrimonio colectivo de todas y todos”, enfatizó.
Reforma electoral de AMLO ‘trastoca’ la democracia en México
Paradójicamente, el presidente del órgano electoral mexicano recibió el reconocimiento del TSE por sus aportes a la democracia en una coyuntura de fuertes ataques del presidente López Obrador contra el INE.
El mandatario y su partido político, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), impulsan en el Congreso una reforma electoral que, para Córdova, “trastoca los que hasta ahora han sido los pilares fundamentales en los que se sustenta la democracia mexicana”.
López Obrador (AMLO, como se le conoce en México) llegó al poder en el 2018 en unos comicios organizados por el INE, pero ahora, él mismo tacha a la institución de fraudulenta y corrupta. Su propuesta de reforma incluye reducir dramáticamente el presupuesto del órgano; devolverle el control del padrón al Ejecutivo y que los consejeros electorales (magistrados electorales, en el caso de Costa Rica) se elijan por voto popular, de listas propuestas por el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial.
De acuerdo con Córdova, todas estas medidas le quitarían autonomía al INE y le otorgarían más poder al Gobierno, restándole independencia a la organización de las elecciones. Dichas movidas, aseguró el jerarca, son parte de la tendencia a la autocratización (el proceso contrario a la democratización) que se expande por el mundo.
“Sí, está en riesgo la democracia, y parte del libreto de este proceso de autocratización pasa por el control y la captura de los órganos electorales, bajo esta lógica de que si controlas la función electoral desde los Gobiernos, se vuelve mucho más complicado que te saquen del poder”, denunció el consejero del INE.
El plan de AMLO, además, contempla una disminución en la cantidad de asientos en el Congreso, lo cual beneficiaría a los partidos mayoritarios y dificultaría que agrupaciones más pequeñas obtengan representación. El presidente impulsa la propuesta a pocos meses de que inicie la campaña electoral en México, en la que Morena participará desde el oficialismo.
Y pese a que las embestidas del mandatario sí le causan daño a la institución, Córdova dice sentirse esperanzado pues la población empieza a manifestarse a favor de la institucionalidad electoral.
“El INE se está convirtiendo en una especie de símbolo de resistencia ante este acoso del poder. Nunca antes había habido una embestida tanto discursiva como presupuestaria y de intento de reforma como está ocurriendo en México y, sin embargo, el INE se está consolidando día a día como la institución civil del Estado mexicano con mayor credibilidad de la población”, declaró el jerarca.