Fernando Cruz Castro: ‘Yo no tengo que pedir perdón ni dar explicaciones’

Fernando Cruz Castro, magistrado de la Sala IV

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Pocos minutos después de la votación en el Congreso, el pronto exmagistrado Cruz contestó el teléfono para atender a La Nación en una entrevista que se cortó varias veces porque debía atender a quienes le demostraban su cariño luego de que los diputados lo hicieran pasar a la historia como el primer alto juez que no es reelecto. Cruz habló de su trabajo, de su sorpresa de ayer y de su futuro. De seguido, un extracto de esa conversación.

Eran las 5:45 p.m. y él aún no sabía explicarse por qué el Congreso le dijo no.

El voto de 38 diputados le puso fin a la magistratura Fernando Cruz Castro, al negarle la reelección como titular de la Sala Constitucional.

Cruz –de 63 años– se acogerá al retiro que no pidió, tras 40 años ligado al Poder Judicial, donde pasó por todos los puestos desde agente de faltas de contravenciones en el Juzgado de Alajuela, fiscal general, juez y magistrado titular. Conocida la noticia, Cruz habló con La Nación .

Don Fernando, ¿cómo toma la negativa del Congreso a su intento de reelección?

El no del Congreso lo tomo como una circunstancia más en mi vida profesional. Varias veces yo traté de ser magistrado y no fui nombrado, ahora me corresponde terminar mi periodo de ocho años y me corresponde tener el raro privilegio de ser el primer magistrado de no ser reelecto por el Congreso.

¿A qué achaca su no reelección de parte de los diputados?

No tengo idea, lo que sí sé es que hubo muchos votos disidentes de mi parte en cosas importantes, pero no creo que los votos disidentes vayan a ser... de todas maneras la Sala vota tantos asuntos, que uno no sabe qué votos pueden ser irritantes ¿verdad?, uno no lo sabe y no sé la razón por la cual no fui reelecto, porque yo fui a la Comisión de Nombramientos y no hubo ninguna objeción. Me hicieron preguntas, yo contesté, y no se me dijo absolutamente nada. Algunas personas me han dicho que yo no me movilicé.

Que no hizo lobby .

Exacto. Pero perdóneme que le diga una cosa, yo creo que para una reelección mis votos hablan por mí y mi función. Yo no tengo que pedir perdón ni dar explicaciones. No me parece que para una reelección en un puesto tan delicado como este, yo tuviera que ir fracción por fracción solicitando una venia, que no es la venia que requieren los jueces en un Estado de derecho.

¿Qué se queda en su escritorio que sienta que debía conocer?

Nosotros (Sala IV) tenemos un año de estar tratando de votar la acción de inconstitucionalidad por el caso Crucitas y me llama la atención que no se ha podido votar. En medio viene mi reelección y yo no pude emitir un voto. Me llama la atención eso, es un asunto que tiene un año, y ahora, con todo lo que ha pasado, resulta que no voy a poder.

¿Qué va a hacer ahora?

Nada más esperar que me notifiquen de la Asamblea y ver qué hago con tanta cosita que tengo aquí en mi oficina y esperar, porque, bueno, es una votación histórica.

¿Seguirá ligado a la Corte o se acoge a su pensión?

Ah no, yo ya tengo mi pensión declarada, pero, bueno, yo creí que todavía tenía algo que aportarle al país, pero será en otras instancias y otros ámbitos.

¿La cátedra?

Posiblemente, y acelerar lo que pensaba hacer cuando me jubilara, pero, bueno, a veces la vida lo pone a uno frente a cambios que vienen sin esperarlos mucho.

Usted es el primer magistrado al que le rechazan su reelección, ¿qué significa esto para usted?

Significa que así como en algunas ocasiones yo propuse mi nombre y no fui designado, hasta que finalmente en una elección del 2004 fui designado, en esta ocasión, por una decisión de valoración política, se estima que no es conveniente que me mantenga ahí. Lo tomo con objetividad y serenidad; esas son las reglas del juego. Aunque, claro, como siempre, la política tiene algo más que reglas del juego jurídicas, y los actos políticos requieren legitimidad, pero ya esa valoración de legitimidad corresponde a los medios de prensa y a la opinión pública.

El jefe del PLN dijo que es una señal del Congreso a la Corte porque no cumple con su deber.

Creo que eso se debe discutir cuando uno va a la Comisión de Nombramientos y le hacen las observaciones correspondientes, pero si en genérico se va a objetar a todos los magistrados por una cosa tan amplia, no me parece que sea lo más adecuado. Yo no entiendo eso de las señales y que no importa quién sea. Eso habría que discutirlo o planteárselo al candidato a magistrado cuando vaya. Creo que entonces soy el primero de una seguidilla que va a tener 38 votos en contra.